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domingo, 27 de octubre de 2013

De paseo por Ôpera, los grandes almacenes, y las galerías cubiertas de París


El paseo recomendado de hoy comienza en la explanada del metro Ôpera y no hay manera mejor de empezarlo tomando un café en el mítico Café de la Paix, el café de la paz.

"Place de l'Opera, Cafe de la Paix, Paris" by Britchi Mirela - Own work. Licensed under CC BY-SA 3.0 via Wikimedia Commons - https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Place_de_l%27Opera,_Cafe_de_la_Paix,_Paris.jpg#/media/File:Place_de_l%27Opera,_Cafe_de_la_Paix,_Paris.jpg
Desde el Café de la Paix , en el que Oscar Wilde pasaba sus ratos de ocio en la terraza, nos encontramos ante un café histórico donde los haya y que sólo cerró sus puertas cuando en 1939 se declaró la II Guerra Mundial, y por poco tiempo pues durante la guerra permaneció abierto, tal es así que el 25 de Agosto de 1944 una granada alemana provocó un incendio, que no tardaron en sofocar los camareros, durante los combates de la liberación de la ciudad. En 1948 fue el plató para el primer programa de televisión en directo para los Estados Unidos, con Yves Montand y Maurice Chevalier.

Se cuenta también que Marlene Dietrich era una cliente habitual, tanto, que la cola de admiradores que tenía provocaba tal caos que hizo que los camareros se inventaran un recorrido y una manera especial de moverse para llevar las comandas sin sufrir percances graves. También no hay que olvidarse del Grand Hotel con su cúpula sublime. Enfrente es imposible dejar de mirar el suntuoso Palais Garnier, con sus oros, sus mármoles, sus estatuas y sus escaleras punto de reunión y de descanso de visitantes y parisinos. En 1858 Napoleón III estuvo a punto de morir en el atentado que Orsini perpetró cuando salían de la sala Le Pelletier junto a la emperatriz Eugenia de Montijo a ver la ópera Guillermo Tell. El emperador entonces decidió construir una nueva ópera en un lugar seguro y con pasadizos. Para ello le encargó el trabajo a Charles Garnier, que hubo de asentar los cimientos sobre una gran bolsa de agua subterránea, (lugar donde transcurre la acción del "Fantasma de la Ópera"), por lo que las obras se retrasaron por falta de liquidez. Garnier era un completo desconocido cuando ganó el concurso con su proyecto, una ópera con 11.000 metros cuadrados para sólo 2.200 butacas, sería la más grande de la época. Cuando la emperatriz Eugenia de Montijo, esposa del emperador, le preguntó a Garnier si el edificio iba a ser de estilo griego o romano, el arquitecto le respondió indignado: "ni griego ni romano ¡será del estilo Napoleón III, Madame!. La fachada se divide horizontalmente en tres partes. Los siete arcos de la planta baja están flanqueados por estatuas alegóricas (de izquierda a derecha tenemos; la Poesía, la Música, el Recital, el Canto, el Drama, la Danza y el Drama Lírico) todas las figuras son obra de escultores diferentes. En el ático hay cuatro grupos dorados que glorifican la Poesía y la Fama.
La obra escultórica más importante es la de la Danza, obra de Jean Baptiste Carpeaux. Cuando el pueblo de París descubrió por primera vez el corro de mujeres desnudas de este conjunto de esculturas, un grito de indignación hizo temblar la ciudad, es por ello que una noche de agosto de 1869 unos desconocidos intentaron tapar la desnudez con una capa de pintura...
Si os apetece, gracias a la sociedad  Purple Beam, un profesional del espectáculo os guiará por el palacio del siglo XIX con acceso por la entrada de los artistas... ¡Faltaría más! Ante vosotros el escenario, la sala de ensayos, las tramoyas, los camerinos, las tribunas. Tras las bambalinas aparecen los fastos de sus salas decoradas de pinturas y esculturas que hacen del lugar un teatro de arte vivo.

« Facade printemps » par Francis Peyrat — Printemps. Sous licence Domaine public via Wikimedia Commons - https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Facade_printemps.JPG#/media/File:Facade_printemps.JPG
Después de esta visita podríamos bajar por la Rue Scribe hacia el Hotel Scribe, donde hacer una pequeña pausa para tomar algo en el salón de té del hotel. En la misma calle encontramos el Musée de la Parfumerie Fragonard, esta institución nos contará más de tres mil años de la historia del perfume a través de una excepcional colección de frascos, útiles de perfumería, estuches de viaje, y pinturas...regresando por la misma calle por la que hemos venido giramos a la izquierda hasta cruzar el Boulevard Haussmann. Una explosión de teatros se esconden por estas calles. En el cruce de ambas calles se encuentra el gran almacén Printemps de la Mode. Después de tanta cultura no va mal una paradita para el shopping, no? como el almacén ha crecido a lo largo del tiempo lo han separado por sectores, en la Rue du Havre está el dedicado al hombre, en la rue Caumartin la ropa de sport...si recorres los pasillos del Printemps Maison, dedicado a la decoración, sube al segundo piso, en la sección "luxe et gourmandise" (lujo y glotonería) encontrarás las mejores insignias gastronómicas de la capital. Pero si quieres disfrutar de un panorama de 360º sobre los tejados de París, tienes que subir al séptimo piso al restaurante Déli-Cieux. Otra opción para comer sería un snack en la mágica Brasserie Printemps, el el edificio principal, en la sexta planta, justo debajo de la cúpula Art déco, podrás saborear unas vistas que te dejarán pasmado.En el siglo XIX, París dictaba las normas en el desarrollo del concepto de "Grands Magasins": cubiertas de cristal, patios espaciosos y galerías de varios pisos que subían hasta la cúpula y se abrían hacia el centro. Eran la escenificación arquitectónica del consumo en miles de metros cuadrados. Además, los cafés y salas de lectura convertían a los centros comerciales en lugares de encuentro social, como los describió Émile Zola en su libro "Au bonheur des dames".
« Paris Lafayette inside » par Wouter Hagens — Travail personnel. Sous licence Domaine public via Wikimedia Commons - https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Paris_Lafayette_inside.jpg#/media/File:Paris_Lafayette_inside.jpg
Las Galeries Lafayette se encuentran en el mismo boulevard,  para verlos tienes que subir doscientos metros en sentido contrario a los coches. Las "Galeries", son célebres por su espacio creador en la moda y la calidad de sus secciones Lafayette Gourmand, si es Navidad, bueno desde noviembre montan unos escaparates espectaculares que son todo un acontecimiento en la ciudad. El ritual preferido de los parisinos es regalarse una sesión de compras a la hora de comer tomando un tentempié en uno de los restaurantes o salones de té de las tiendas. "Las Galerías Lafayette son más que un centro comercial. Reflejan la historia de París", apunta la historiadora Florence Brachet Champsaur. Ella fue la organizadora de la exposición con la que las Galerías Lafayette conmemoran la construcción, a finales de 1912, de la cúpula situada a 42 metros de altura.
Ahora podemos visitar unas calles peculiares, son los típicos "Passages" pasajes cubiertos por techos de cristal y acero, como el Passage Jouffroy, con sus vendedores de viejos libros o bastones, con el viejo Hôtel Chopin. O el Passage Verdeau lugar imprescindible para los coleccionistas de cámaras de fotos y postales retro. O el El Passage des Panoramas que es uno de los más antiguos y el primer lugar público donde se adaptó la lámpara de gas en 1817. El diseño interior de madera está todavía intacto y el antiguo taller de grabado propiedad de la familia Stern aún funciona. Para los incondicionales de este tipo de pasajes, que sepáis que podéis ir desde Grand Boulevards hasta el Palais Royal pasando de uno a otro por los pasajes de Caire et de Ponceau, el de Gran-Cerf, las Galeries Vivienne y Colbert (al lado del metro Bourse) o incluso el Salon des Mirroirs... Pero tened en cuenta que tienen un horario establecido, y que suelen cerrarlos al anochecer.
  
Si seguimos por los Grands Boulevards llegaremos a un lugar que nos va a transportar a otra época, un lugar que nos parecerá que hemos viajado en el tiempo para volver a la Belle Epoque.  En 1896, el Bouillon Chartier nació de un concepto muy simple - ofrecer una comida decente a un precio razonable y ofrecer a los clientes un buen servicio para ganar su lealtad. 50 millones de comidas, y sólo cuatro propietarios más tarde, la receta sigue siendo exactamente igual para que sea un éxito.
Si quieres comer o cenar en un local con solera, con sus camareros vestidos con su delantal largo de color blanco impoluto y los chalecos negros, viéndolos moverse por entre las numerosas mesas y rodeados de una decoración del 1896 este es tu sitio. La carta va desde los entrantes a unos precios que varían del 1,80 Euros a los 6,80, o los platos principales que van de los 8,50 a los 13,50, acompañados por los quesos y los postres cuya horquilla de precios suele estar entre los 2 a 4,00 Euros.  Está abierto toda la semana desde las 11,30 a las 22 horas, y no aceptan reservas, es por ello que siempre suele haber cola en las horas puntas.
                     Le Bouillon Chartier

                           7 rue du Fauboug Montmartre • 
                           75009 Paris

                           Phone: 01 47 70 86 29
                           Fax: 01 48 24 14 68
                           Métro : Grands Boulevards L8 L9
                           Bus : L74



Otra opción interesante sería el Café Concert Au Limonaire, en la rue Bergère, un café concierto dedicado a jóvenes talentos, alejado de los típicos cabarets para los turistas, acoge diversos espectáculos en un pequeño escenario en esquina y propone sencillos platos por 10 euros. Los domingos, se puede elegir entre el "cabaret-soupe" (cabaret-sopa), el "p'tit bal" o cine mudo y "piano parlant". Aquí está todo el espíritu de los Grands Boulevards donde el símbolo sigue siendo el Grand Rex, que es sinónimo del mayor cine de Europa con su sala de más de 2650 plazas...

Para llegar hasta esta institución, la cita es en el metro Bonne Nouvelle, a dos pasos de la rue Montorgueil, veremos una fachada art déco, con una cúpula estrellada y unos decorados barrocos que hacen del templo del cine parisino un lugar único y excepcional. Además de cine, premières y conciertos es recomendable sumergirse en el recorrido de las Etoiles du Rex, una visita espectáculo interactivo que dura unos 50 minutos y que consiste en representar de una manera viva las bambalinas, la leyenda y las estrellas de cine más célebres de Europa. Efectos especiales, rodajes, efectos de sonido, decorados reconstituidos, todo esto utilizado para sumergir al visitante en la magia del séptimo arte. 


Si ahora tomamos la Rue Poissonniére hacia el Sena, y cuando encontremos la Rue de Cléry, la seguimos hasta la Rue Réaumur y cogemos ésta hacia nuestra derecha al llegar a la Rue de Richelieu podemos hacer una visita muy interesante a la BNF, la Biblioteca Nacional Francesa. Un lugar único con una historia particular, todo empieza cuando Carlos V de Francia decide instalar su colección de 917 libros en una sala especialmente acondicionada del Louvre, donde los reyes de Francia desearon reunir sus libros en lo que sería una Librería Particular. Pero fue Francisco I, en 1537, el que dispuso mediante una orden real que todos los impresores y libreros estaban obligados a depositar en la librería del Castillo de Blois todos los libros impresos puestos a la venta en el reino, y cuyas tapas debían ser doradas y con un sello de caucho.
"Bibliothèque nationale de France, Paris (site Richelieu) - Salle Ovale 2" by Poulpy - File:Cabinet des médailles, Paris - Salle Ovale.jpg. Licensed under CC BY-SA 3.0 via Wikimedia Commons - https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Biblioth%C3%A8que_nationale_de_France,_Paris_(site_Richelieu)_-_Salle_Ovale_2.jpg#/media/File:Biblioth%C3%A8que_nationale_de_France,_Paris_(site_Richelieu)_-_Salle_Ovale_2.jpg
Esta obligación se la conoce como depósito legal, y fue una etapa fundamental para la creación de la gran biblioteca que ha llegado hasta nuestros días. Al final en la segunda mitad del siglo XVI, y a pesar de las guerras de religión que la mermaron un poco, tuvo que ser trasladada a París. Allí la biblioteca empezó a conocer su verdadero desarrollo a partir del 1666 bajo Colbert, que quería que la biblioteca fuera un instrumento para mayor gloria de Luís XIV de Francia. Colbert rompió con la tradición según la cual la biblioteca formaba parte del equipaje de los monarcas con el que solían viajar. Para ello habilitó dos palacetes más, que junto al Hôtel Tuboeuf, acogerían la Biblioteca Real, situados en el barrio que aun ocupa, y trasladó las colecciones que ya no tenían sitio en el Louvre y empezó a ampliarla comprando o recibiendo en donación un gran número de libros pertenecientes a bibliotecas privadas, consiguiendo que ocupara el primer lugar de Europa. Pero fue el abad Bignon, nombrado bibliotecario real en 1719, el que le dio el mayos resplandor, organizándola en departamentos y adquiriendo documentos y obras importantes, pero no sólo hizo eso, sino que se preocupó de que la biblioteca fuera accesible tanto a eruditos como a cualquiera que quisiera conocerla. Pero llegó la Revolución francesa, y durante tres años el deposito legal fue suprimido, aunque la biblioteca del Rey, convertida en Nacional, enriqueció considerablemente sus fondos gracias a las confiscaciones que se realizaron (al clero, a Luís XVI, a María Antonieta, a Madame Élisabeth... tanta entrada de libros no hizo más que hacer patente la falta de espacio, tal es así que en 1858 una comisión dirigida por don Próspero de Mérimée redacto un informe de las modificaciones que debían hacerse en la Biblioteca Imperial. Se hicieron cambios, pero ya en el siglo XX se vuelven a quedar sin espacio, entonces se construyen tres anexos en Versalles (1934, 1954 y 1971), luego otro más en Sablé (1980) y en Provins (1981), pero no bastan, y ahí es cuando aparece François Mitterrand, el Presidente de la República que anuncia a bombo y platillo la construcción de la mayor y más moderna biblioteca del mundo, y que abarcará todos los campos del conocimiento y estar a disposición de todos...y lo dice todo durante su tradicional entrevista televisada del 14 de julio de 1988. Y se llevó a cabo su "gran proyecto", se emplazó en el distrito XIII de París, al lado del Sena, el arquitecto encargado es Dominique Perrault. 

"P1040471 Paris II galerie Vivienne rwk" by Mbzt - Own work. Licensed under CC BY 3.0 via Wikimedia Commons - https://commons.wikimedia.org/wiki/File:P1040471_Paris_II_galerie_Vivienne_rwk.JPG#/media/File:P1040471_Paris_II_galerie_Vivienne_rwk.JPGSeguimos por el barrio, detrás de la BNF, está la Rue Vivienne, y que a pesar de su aspecto triste y poco atractivo, podemos ver que ofrece una serie verdaderamente notable de mansiones de los siglos XVII y XVIII. Los días laborables resulta fácil atravesar los portales abiertos y colarse dentro de los patios para poder disfrutar de la disposición de las fachadas interiores. Especialmente interesantes son los números 18, 16, 6,4 y 2, en cambio en el lado impar de la calle de los números 9 al 1 se suceden edificios construidos a fines del siglo pasado. Otro motivo para visitarla es que en ella está la entrada a la Galerie Vivienne, otro pasaje cubierto bastante interesante para visitar y disfrutar con los libros de viejo, o tomando un café leyendo un periódico.

Si volvemos a la Rue Vivienne, al final de la misma podremos ver el lugar de acceso al Palais Royal, la verdad es que aquí es donde aparecieron las primeras galerías comerciales, bajo los soportales del palacio y que rodean el jardín. Pero de él hablaremos en un próximo post, pues hay mucho que hablar...

lunes, 21 de octubre de 2013

Quartier Latin: el Pantheon, un asesinato en una iglesia, jardines, mezquitas y bouquinistes.



 La Place du Panthéon fue concebida por Soufflot como la desembocadura natural de la iglesia en la calle que se prolonga hasta los Jardines de Luxemburgo. Está rodeada de edificios clásicos; en la esquina sur se encuentra la Junta del distrito V, en la norte, junto a la rue de Cujas, está la facultad de derecho, construida en parte por Soufflot y acabada en 1822.
Desde el Boul'Mich tomando la Rue Soufflot nos hallaremos frente a la imponente fachada del lugar de descanso de los más grandes hombres de la historia de Francia (a excepción de Napoleón que no está aquí sino que tal y como se merecía por su "Grandeur" está junto a otros grandes militares franceses en el Hôtel des Invalides.

« Panthéon 1792 » par Pierre-Antoine de Machy — Image téléchargée du site de Galiica le 19 aût 2005. Sous licence Domaine public via Wikimedia Commons - https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Panth%C3%A9on_1792.jpg#/media/File:Panth%C3%A9on_1792.jpg
El Panthéon se alza en la misma cima de la Montagne Ste. Geneviève. Construido en forma de cruz griega con una cúpula en la intersección y un enorme pórtico con columnas corintias. Su origen se remonta a la promesa de Luis XV de reconstruir la vieja iglesia de Santa Genoveva, como señal de agradecimiento por su curación tras la grave enfermedad que padeció durante el asedio de Metz en 1744, ante la escasez de dinero par realizar la obra se organizaron loterías públicas para recaudar fondos y poder llevarla a buen término.
« Pantheon wider centered » par Jean-Pierre Lavoie (Jplavoie) — image:Pantheon_wider.jpg. Sous licence CC BY-SA 3.0 via Wikimedia Commons - https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Pantheon_wider_centered.jpg#/media/File:Pantheon_wider_centered.jpg



La reconstrucción corrió a cargo de Soufflot, que ambicionaba aunar la ligereza de la arquitectura gótica con la magnificencia de la arquitectura griega. Se inspiró para la construcción del pórtico con columnas sobre el que descansa el friso en el Panteón de Agripa de Roma, y para la cúpula copió la de la Catedral de San Pablo de Londres. Si os fijáis en la cúpula, no os recuerda a otro edificio sumamente importante que está al otro lado del Atlántico, en Washington, allí está el Capitolio, cuya cúpula se inspiró en la del Panthéon. 

domingo, 20 de octubre de 2013

El Barón Haussmann, cambió la ciudad... pero la iniciativa fue de una española!


Este paseo nos llevará por los grandes Bulevares creados por el Barón Haussmann. Este prefecto del Sena deja su impronta arquitectónica en la ciudad, pero sobre todo en el barrio de Ópera, que guarda más que ningún otro la huella del Segundo Imperio. En este sentido es el emblema de un París erigido como capital europea del lujo. ¡No es por casualidad que sus fastos atrajeran las coronas de toda Europa!

Boulevard des Capucines by Antoine Blanchard - 13 x 18 inches Signed french paris street scenes impressionist street scenes school of paris
Pero la persona que abrió los ojos al emperador Napoleón III para que encargara todas las reformas, fue una española, la emperatriz Eugenia de Montijo, que le hizo ver que las mejoras que debían hacerse, le darían un carácter y una notoriedad a la ciudad que no sería superada por ninguna otra ciudad de la época. Y así ha sido hasta nuestros tiempos.  
Eugenia, era mucha mujer para la época, tenía un carácter fuerte, era inteligente y no se amilanaba ante nada, es curioso que acabara siendo emperatriz de Francia, cuando ella tan sólo ansiaba casarse con la persona de la que estaba totalmente enamorada, el duque de Alba pero este prefiere a su hermana Paca, casi tan bella como ella pero más sensata y madura, la cual consigue cautivarle contrayendo matrimonio en 1845.
Eugénie_imperatriceHerida en su amor propio, Eugenia se propone conquistar al orgulloso Napoleón III y ceñir la corona imperial de Francia. Para ello decide trasladarse a Francia con su madre, mujer tremendamente ambiciosa.

Ruinas romanas, damas con unicornios, un gato que pesca, una gran universidad y un Cardenal famoso... el Quartier Latin de París.
































El Quartier Latin trae consigo la imagen de una forma de vida multicolor, intelectual, rebelde, bohemia y cosmopolita. La llegada al barrio en el siglo XII de maestros que provenían de la ciudad, y que se traían consigo a sus "echoliers", confiere a la colina su sello intelectual, este movimiento culmina con la creación de la poderosa universidad de la Sorbonne y otras facultades y escuelas del distrito cuyo personal docente hablaba en latín. El nombre del barrio, es muy apropiado porque en la zona hoy llamada Montagne Ste. Geneviève, alrededor del Panthéon, fue en sus tiempos el punto focal de la colonia romana. Pues aunque el gobernador romano tenía el palacio en la Île, fue aquí donde se construyeron el Foro, el templo y los baños.  Por ejemplo la Rue St. Jacques es la calle más antigua de la ciudad, su trazado constituye la zona donde se fundó la ciudad romana. Delante del número 174 está el punto 0, a partir del cual se realizó el cuadriculado urbano primitivo. La anchura de la calle ( que es más estrecha) conservada entre los números 176 y 184, y 151 y 171 corresponde a la calle antigua.
Otro lugar donde podemos imaginarnos el Foro sería por la Rue Soufflot. Con unas medidas aproximadas de 178 m por 89, el Foro era el símbolo de la vida cívica romana. Compuesto por una plaza rodeada al oeste, norte y sur por pórticos con columnas. Al oeste estaba el templo (actualmente están los números del 22 al 26 de la Rue Soufflot, aquí se celebraba el culto imperial. Al este de este templo teníamos la Basílica para los asuntos más materiales. Dos puertas, situadas en el medio de los laterales, permitían el acceso a la plaza y a los edificios. También solía haber una serie de tiendas que no tenían comunicación con el interior del foro, sino que estaban adosadas en las paredes exteriores. Delante del número 61 del Boulevard Saint-Michel en la escalera de acceso al parking hay una pequeña sección en la pared de la fachada occidental. Al sur del foro (sería el norte de la Rue Gay-Lussac) unas termas con letrinas públicas, una de las más importantes de toda la Galia, con una capacidad para 50 plazas.
En la Place de la Sorbonne se descubrieron unas casas galo romanas, eran construcciones en madera y adobe, con techos de paja y suelos de arcilla. A finales del siglo I d.C. las casas ya tenían suelo de hormigón y conducciones de agua, así como pinturas murales.

viernes, 18 de octubre de 2013

Ça c'est París, mon amour!!


     
Sí, queridos lectores, esta imagen también es París. Concretamente es un viñedo que aún perdura a lo largo del tiempo en la insigne villa. Si queréis visitarlo sólo os tenéis que acercar a la Butte Montmartre, la colina donde también esta el Sacré-Coeur. Es decir, que si hay ganas de conocer el otro Montmartre, solo hay que andar un poquito más. Para ponernos en ambiente no estaría mal ver la película "Amelie" para apreciar los escenarios por donde se mueve la protagonista, o bien si queremos trasladarnos a la Belle Époque, escoger "Moulin Rouge" para saborear el ambiente que había...
Para llegar a le "Clos Montmartre" que es como se conoce al viñedo, sería conveniente una vez visitada la basílica del Sagrado Corazón, seguir la calle o a la gente,  para tomar la calle de la izquierda que nos llevará a la Rue Mont Cenis, si escogemos ir hacia la izquierda llegaremos a la Place du Têrtre, con los pintores, los restaurantes para turistas, y las tiendas de souvenirs...
Si queremos disfrutar un poco de la soledad, y el paisaje, os recomiendo ir hacia vuestra derecha, hasta llegar a coger la Rue Cortot, que nos llevará a la Rue des Saules, dónde a la derecha nos encontraremos con el viñedo. Durante el siglo XVI esta zona era el centro de los vendimiadores de la ciudad, cuyo vino se bebía en la corte. A principios del siglo XIX aún quedaban unos 1500 m cuadrados de viñedos y pequeñas chozas para guardar los aperos de los campesinos.
Lo que actualmente queda está protegido por los vecinos, hay una asociación que ofrece visitas guiadas para grupos de 20 personas o más, pero si se quiere vivir una vendimia en directo os recomiendo visitarlo el segundo fin de semana de octubre, cuando se celebra el festival de la cosecha la "Fête des Vendanges de Montmartre".
Al lado mismo tenemos el cabaret "Au Lapin Agile"  un cabaret de la Belle Époque que empezó
llamándose Cabaret de los Asesinos. El nombre actual se debe a un juego de palabrás entre Gill y lapin (en francés, conejo). En 1875, el propietario encargó al caricaturista André Gill  un emblema para el local. Gill pintó en el muro exterior un conejo en el momento de escaparse de una cazuela y el cabaret comenzó a ser conocido con el nombre de lapin à Gill (el conejo de Gill), que pronto se transformó en lapin agile (el conejo ágil).
Aunque este cabaret de chansoniers tenía un nombre anterior, en 1860, era conocido como el cabaret "des Assassins", el cabaret de los asesinos, pues en las paredes interiores habían colgadas unas litografias de diferentes asesinos como Ravaillac (el asesino de Enrique IV), o Troppman un asesino en serie que acabó guillotinado en 1870, eso nos da una idea de la clientela que solía acudir al lugar, fumadores de hachís, escritores con dificultades, músicos, actores, etc

A principios del siglo XX y salvándolo del derribo lo adquirió Aristide Bruant, y se lo confió a Père Fredé (Frédéric Gerard) un compañero suyo, pintor y ceramista que lo convirtió en un cabaret literario para bohemios, dónde en verano los clientes podían cenar en la pequeña terraza, bajo una vieja acacia, por solo 2 francos (incluido el vino). También era costumbre celebrar inauguraciones y entierros. De entre los muchos clientes que lo visitaron tenemos a Braque, Modigliani, Utrillo (que está enterrado en el cementerio de en frente, queda claro que no quería estar apartado del lugar, durante lo que le quedaba de eternidad). Picasso era cliente habitual, y para pagar sus deudas pinto un cuadro de un harlequín, el dueño lo tuvo colgado hasta 1912 en el local, cuando por cuestiones económicas decidió venderlo por 20 $ (un mal negocio pues en 1989 ese mismo cuadro fue vendido en Sotheby's por 40 millones de dólares). En la foto de la derecha podemos ver al dueño del local con su borrico Aliboron (Lolo para los amigos).

El escritor Roland Dorgelés, bastante crítico con los nuevos movimientos pictóricos del momento, decidió junto a sus compañeros hacer que el borrico pintara con su cola (a la que le unieron un pincel) un cuadro al que titularon "Puesta de sol en el Mar Adriático" y lo presentaron en el Salón Anual de los Independientes de 1910, con el seudónimo de Joachim Raphaël Boronali (anagrama de Aliboron) un supuesto genovés que estaba en sus inicios como pintor...el cuadro y el autor se ganaron los elogios de los críticos de la época e incluso se llevó una remuneración de 400 francos...imaginaros las risas cuando se descubrió el pastel...

Actualmente, el local permanece igual que antaño, el interior es oscuro, lleno de cuadros y dibujos, parece que son los mismos bancos y sillas donde se sentaba el renqueante Toulouse Lautrec y garabateaban sus firmas Maupassant y Apollinaire.  Sigue con las actuaciones de los chansonniers como cuando apareció por aquí la gran Edith Piaf, o Brassens que cantó aquí por primera vez... Por unos 24 euros tienes la entrada y la consumición incluidas, el resto de bebidas por unos 6-7 euros, incluida la Absentha o el agua con gas, si queréis ir debéis ser rápidos pues enseguida se llena, es muy pequeño y es conveniente reservar   www.au-lapin-agile.com y ya se sabe que los grupos de japonenses aparecen cuando menos te lo esperas...


más info de interés  www.pariszigzag.fr
                               www.bonjourparis.com

jueves, 17 de octubre de 2013

La primera ciudad por descubrir es PARIS, si Paris, y no es porque ya se sepa todo de ella, sino porque tiene tanto que ofrecer y enseñar, que creo que merece estar la primera de todas las ciudades de las que voy ha escribir. Intentaré siempre explicar rasgos especiales, barrios poco conocidos, historias curiosas...etc.
En este blog, mi primer blog, quiero dar a conocer lugares que seguro mucha gente ya conoce o ha visitado, y para otras personas que aún no lo han hecho, pero que en algún momento de su vida tienen intención de hacerlo.
No me gustaría dar los consejos típicos sobre viajes, esos se pueden encontrar en las numerosas guías que hay publicadas, creo que cada uno es libre de viajar como quiera, en grupo, sólo, en pareja...etc
Con este blog tan sólo me gustaría que la gente sepa que hay más cosas por descubrir que lo que nos muestran los viajes organizados en paquetes turísticos,  que se puede visitar lo de siempre y algo más, para conseguir que tu viaje sea especial, diferente, divertido...cuando viajas en grupos grandes lo que se suele hacer son "visitas" de los lugares más emblemáticos del lugar a visitar, pequeñas catas de lo que podrías ver i disfrutar si te salieses de lo programado o establecido. No con ello critico a los que suelen viajar en viajes organizados, sólo quiero dar a entender que se puede sentir y disfrutar más de una ciudad o un país si además de visitar "lo establecido" en las rutas, te adentras en curiosidades de la historia, de la gastronomía, de sus gentes...
Mi intención es dar a conocer una manera de descubrir los lugares de siempre pero de una forma diferente, disfrutando del viaje y de las ciudades a visitar en cada momento, compartiendo y relacionándose, conociendo el lugar en el que te encuentras, vivirlo y sabiendo lo que pasó en un momento dado de la historia...