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lunes, 18 de agosto de 2014

Toscana...de Montepulciano a Montalcino, la Vía dell'Amore, y el Árbol de Oro...



Este recorrido que vamos a hacer esta vez, pasa por pueblos como Pienza, Montepulciano, Montalcino, Pitigliano, Arezzo, Cortona, Poppi, Volterra, Castellina in Chianti, y como no Siena y San Gimignano, los dividiremos en los que están al Norte, los que están al Sur y los que están al Este de Florencia.

Así que, alquilar un buen coche, mejor si sois dos conductores para ir cambiando de conductor y poder disfrutar de un paisaje tan idílico como el de la Toscana, comprar un buen vino ya sea un Brunello o un Chianti (no os preocupéis, estamos en una región vinícola donde se puede elegir entre numerosos precios, eso dependerá del bolsillo y de lo entendidos en vinos que seáis) un poco de pan y queso, y a disfrutar a lo grande!

A esta región podemos llegar vía el aeropuerto de Pisa, o el de Florencia, eso dependerá de la compañía aérea con la que voléis y alquilar en el mismo aeropuerto el coche. También se podría hacer la ruta en los autobuses locales o bien en tren, pero eso os daría menor libertad de movimientos.


Vamos a empezar por el Sur, con Montepulciano, muchos me preguntaréis y porqué por aquí, por que no empezar por Siena, o San Gimignano, mucho más conocidos... pues, por que el encanto de perderse y encontrar maravillas escondidas como estos pueblos es una forma de viajar, de conocer lugares fuera de ruta e intentar disfrutar del momento, bueno vamos a ello, ¿estáis preparados? pues en marcha motores!.

De estilo renacentista y situado sobre una colina a 605m sobre el nivel del mar. Montepulciano fue primero una fortaleza etrusca, luego pasó a formar parte del imperio romano al establecerse un regimiento para controlar las carreteras. La ciudad fue creciendo y siempre fue una fuente de disputas entre Siena y Florencia hasta que en la edad media los Médicis toman Montepulciano y la convierten en una ciudad rica y próspera rehabilitando las murallas y construyendo nuevos y hermosos edificios. Montepulciano se formó a lo largo de la calle principal, que tiene una longitud de 11,5 metros mas o menos, y el pueblo discurre a lo largo de ella, desde la Porta al Prato hasta la Piazza Grande, en lo alto de la colina. En el interior de las murallas hay infinidad de callejuelas que albergan palacios e iglesias renacentistas.



La calle principal es la Vía del Corso. Una fortaleza domina el núcleo histórico, donde surge la maravillosa Piazza Grande, que se construyó en el siglo XIII y, en el XV, Michelozzo la remodeló y le añadió una gran torre. Aquí se alza el Palacio Municipal, del siglo XIV y la Catedral del siglo XVII dedicada a Santa María de la Asunción. Dentro de la Catedral, de tres naves, se pueden admirar obras de notable valor, como la estatua yaciente de Bartolomeo Aragazzi realizada por Michelozzo y una Asunción de Taddeo de Bartolo. Siempre en la plaza se asoma al Palacio Tarugi, completamente revestido de travertino. El Palazzo Bucelli Data del siglo XVII y su fachada contiene una serie de relieves y de urnas funerarias etruscas.





No podemos olvidarnos del Santuario de la Madonna de San Biagio, que está en las afueras de la ciudad, en medio del campo, construido en mármol travertino blanco por Sangallo "El Viejo", en el siglo XVI, con un imponente altar mayor de ese mismo mármol. Recordemos también que la Piazza delle Herbe, la monumental y aislada Iglesia de San Blas, conocida como “el Templo” y la de San Agustín, el Palacio Cervini, realizado por Antonio Sangallo el Joven.



Montepulciano es famosa por sus antiguas tradiciones, como el “Bravio delle botti" una competición entre barrios que tiene lugar por las calles de la ciudad. El último domingo de agosto los 8 distritos de la ciudad se desafían por el Bravío (que resulta ser una tela pintada con la imagen del patrón de la ciudad, San Juan Degollado).

Antiguamente esta carrera se hacía con caballos (tal vez como el Palio de Siena) hasta que en 1974, el párroco don Marcello del Balio tuvo la idea de cambiar la carrera de caballos por barriles de 80 kg cada uno, cada barril debe ser empujado cuesta arriba por dos "empujadores". Pero no creáis que sólo se dedican a mover barriles, pues durante ese día hay más actos de celebración, por la mañana a primera hora ofrecen velas votivas al patrón, y a las tres de la tarde empieza un desfile histórico con más de 300 participantes que ataviados con trajes de época, y bailes de banderas van desfilando por la ciudad. No hay que perderse tampoco el “Bruscello Poliziano”, un espectáculo teatral basado en las tradiciones populares toscanas que se repite cada año desde 1939 en el atrio de la catedral.


Pienza: Situada entre Montepulciano y Montalcino, Pienza se incluye como parte de la Val D'Orcia, presume de tener un formidable paisaje y haber sido premiada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, y no es de extrañar!. Los visitantes pueden deleitarse con la belleza natural que les rodea desde cualquier punto que se mire en Pienza, es simplemente impresionante! Lo mejor es comenzar el recorrido por un paseo por los majestuosos edificios que rodean la plaza central. El Palazzo Piccolomini es un magnífico espectáculo para la vista; una mansión de tres plantas con vistas a un jardín renacentista y más adelante con vistas al pintoresco Valle de Orcia y que fue sede del Palacio Episcopal.
La catedral de estilo renacentista está al lado de este espléndido palacio, y sin duda también merece la pena ser visitada. Cierra la plaza principal de Pienza el Palacio Borgia, frente al Palacio Piccolomini, llamado así porque fue donado por el papa nacido en Pienza al cardenal Rodrigo Borgia, su estrecho colaborador en la época, que más adelante será a su vez papa con el nombre de Alessandro VI y que fijó aquí su residencia.

La ciudad de Pienza, a sólo 35 kilómetros de Lucignano, está llena de lo que se conoce como las 'Calles del amor', ya que las calles tienen nombres como "La Calle del Amor", "La Calle de la Buena Suerte" y "La calle de la Fortuna"! Este lugar está dedicado a los momentos artísticos del Renacimiento y su red de pequeñas calles pintorescas y edificios realmente bonitos se suman al ambiente romántico de su alrededor! Este es el lugar que impresionó al director Franco Zeffirelli, tanto lo impresionó que decidió filmar la película de 1968 'Romeo y Julieta' aquí.

Y hablando tanto de amor cogeremos La Vía dell'Amore, que es el camino perfecto para que los enamorados recorran la zona, nos lleva de Pienza a Lucignano.

El pueblo amurallado de Lucignano, es con su forma elíptica (formada por varios anillos concéntricos), uno de los ejemplos más extraordinarios y mejor conservados del urbanismo medieval que ha llegado hasta nuestros días. Debido a su posición estratégica y dominante sobre el Valle de la Chiana, Lucignano siempre ha tenido una gran importancia, convirtiéndose muchas veces en contienda de los territorios colindantes. Lo mejor que se puede hacer es disfrutar de un paseo por las calles estrechas con viejas casas apretadas y amontonadas, y como no, admirar las impresionantes vistas que se ven de la Toscana rural. En el centro de la aldea se encuentra la Iglesia de San Francesco, construida en 1248. Su fachada sigue el esquema arquitectónico típico de la escuela franciscana (con forma de granero) y en su interior se pueden apreciar frescos de fines del año 300.


A Lucignano se la conoce como la "Ciudad del Amor", aunque también es famosa por una pieza que adornada su museo, situado en el Palazzo Comunale, esta pieza data del siglo XIII. Dentro del Museo Cívico, que se encuentra en el interior del Ayuntamiento, hallamos el tesoro más preciado de Lucignano, el Árbol de Oro (Albero d'Oro o Albero di Lucignano y también Albero dell'Amore), un imponente relicario que representa simbólicamente la Cruz de Cristo.

Fueron varios grupos de orfebres de gran talento los que durante más de ciento veinte años dieron forma a éste majestuoso Árbol de Oro que tiene una altura de 2,60 metros, además de todo el oro hay que añadirles cristales de roca, esmaltes y coral... digno de ver!. Originalmente era venerado por su simbología religiosa en la época medieval, la gente comenzó a creer que el Árbol de Oro tenía poder para sellar un vínculo duradero entre las parejas que renuevan sus votos de amor y fidelidad frente a ella, aunque la tradición dice que si en ese momento no tienes pareja o estas soltero y lo visitas pidiéndole el deseo de encontrar una, ten por seguro que llegará la pareja perfecta a tu vida! o al menos eso dicen, aunque hay que poner de tu parte, no lo hará todo el árbol! El camino sigue hasta la ciudad de Montalcino.


Desde que los etruscos y romanos se establecieron en la ciudad, esta fue pasando de unas manos a otras como muchas otras de la Toscana, unas veces formaba parte de Siena, otras de Florencia, volvía a pasar a manos de Siena, regresaba a manos de Florencia, así durante siglos, hasta que Siena cayó en poder de la Florencia, Montalcino resistió durante casi cuatro años, pero al final cayó de parte de los florentinos, bajo cuyo control estuvo hasta que el Gran Ducado de Toscana se unificó con el resto de Italia en 1861. Durante este tiempo que iba pasando de mano en mano, acabó en manos españolas, fue en el siglo XVI cuando la conquistó el ejército del Emperador Carlos I de España y V de Alemania, a pesar de sus diferentes amos y debido a su importancia estratégica, nunca dejó de ser una ciudad-estado independiente.


Actualmente Montalcino es un pequeño municipio de unos 5.000 habitantes, el pueblo está construido sobre una colina dominando los valles de l'Ombrone y de l'Asso. Desde esta colina, en los días muy claros se puede llegar a ver Córcega, la isla de Elba, el Mar Tirreno, y más cerca, Siena, Pienza y Montepulciano.

El centro histórico de Montalcino refleja su rico y tumultuoso pasado. Construido en el siglo XII sobre las ruinas de una iglesia que habría fundado Carlomagno en el siglo VIII, la Abadía Sant Atimo, es una de las más bellas iglesias románicas de Italia, y se encuentra a sólo 9 km de Montalcino. Según la tradición, en el año 781 Carlomagno regresaba de Roma a lo largo de la Via Francigena (que iba de Francia a Roma). Mientras acampado cerca de Monte Amiata, muchos de los que le acompañaban de su séquito, y parte del ejército enfermaron por la peste. Durante la noche, un ángel se apareció al emperador en un sueño y le recomendó que recogiera una hierba particular, que la secase y luego hiciese una infusión con un poco de vino para que lo bebieran los enfermos. Lo hizo y el ejército se curó. La hierba se conoce desde este día como "Carolina". En agradecimiento, el Emperador se comprometió a fundar la abadía. Aunque eso es una leyenda pues según los historiadores, la fundación va más atrás, a los longobardos y el Monasterio de San Salvador (Salvatoris) en el Monte Amiata. Es posible que la Abadía de Sant'Antimo se construyera en el lugar de una villa romana y se sabe con certeza que en los siglos IV y V la aldea de Castelnuovo dell'Abate, en las colinas cercanas, era un importante centro habitado, dotado de una parroquia.
"Castello di Montalcino2" by User:Jaqen - Own work. Licensed under Public Domain via Wikimedia Commons - https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Castello_di_Montalcino2.JPG#/media/File:Castello_di_Montalcino2.JPG
El castillo de Montalcino de forma pentagonal, tiene cinco torres en cada esquina, ha llegado prácticamente intacto hasta nuestros días. Su construcción se inició en 1361 en el vértice sur de las murallas de la ciudad se encuentran la torre del homenaje de S. Martino y la torre de S. Giovanni. El castillo incorporó la antigua basílica, que se convirtió en la capilla de la fortaleza, sus restos son todavía visibles cerca de la torre noreste. En el lado sur se levanta la muralla de los poderosos Médicis, añadida por Cosimo en la mitad del siglo XVI. La ciudad tiene 6 puertas de acceso que se conservan casi intactas. Desde la Porta al Cassero, una rampa de piedra te conducirá hasta el pórtico de entrada a la Fortaleza, levantada por los mismos sieneses en 1361 (entrada libre). No dejes de pasear por su patio interior, contemplar las ruinas de la antigua iglesia de San Giles y acceder al Bastión de San Giovanni, ocupado en la actualidad por una interesante enoteca. Desde esta tienda, a parte de catar algún Brunello, puedes acceder a lo alto de la muralla por sólo 4€, ¡no hay que perderse la oportunidad, pero mejor si te contienes con el vino! Frente a la rampa de la Fortaleza hay una entrada al casco histórico, por la Vía Ricasoli, uno de los ejes vertebrales de la ciudad.

Para una visita completa acércate al Palazzo Pieri-Nerli, un buen ejemplo de la típica construcción del Montalcino del S. XVI, y al vecino Convento de Sant´Agostino. Desde aquí si paseas por la vía Bandi llegarás a las plazas Garibaldi y del Popolo, centros neurálgicos del Montalcino actual. Allí se emplazan el Ayuntamiento (Palazzo Comunale) y la oficina de turismo. Así mismo si quieres seguir disfrutando de los magníficos vinos de la región, no te puedes perder visitar la cantina más antigua de la ciudad situada en la plaza del Popolo, inaugurada el 1888, la Fiaschetteria Italiana, una joya que el progreso ha respetado y conservado.

Si en Montepulciano tenían la carrera de los barriles, aquí tienen la Sagra del Tordo (la fiesta del Zorzal) un festival que se lleva a cabo el último fin de semana de octubre, con tambores, trompetas, trajes típicos que desfilan por la ciudad (el sábado), y al que le sigue una fiesta en el castillo de Montalcino (el domingo). Durante la mañana, hay otro desfile de disfraces, y los almuerzos de celebración se llevan a cabo en los cuatro quartieri (barrios) de Montalcino - Pianello, Travaglio, Ruga y Borghetto. Hay una competición de arqueros a los pies del castillo en la que participan dos representantes de cada quartiere. Pero hay un inconveniente, hay un número limitado de visitantes los que pueden reservar para estas fiestas, así que hay que informarse.

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