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domingo, 29 de marzo de 2015

Isabel I de Inglaterra, la reina virgen o la primera "cougar" de la historia.



Elizabeth I
El reinado de Bess, es decir de Isabel I de Inglaterra, fue uno de los más largos (a excepción de la actual reina Isabel II, que ya lleva unas cuantas temporadas en el trono), casi medio siglo y fue quizá el reinado más popular y exitoso de la historia de Inglaterra, hasta que llegó la reina Victoria. En el último post, nos quedamos que su hermanastra María Tudor, ferviente católica casada con Felipe II. Se dedicó a fastidiar a todo aquel que no simpatizara con su fe, y a la que le pusieron el sobrenombre de “Bloody Mary”. Muerta la “Mary”, la sucede Isabel I, que apenas pisar Londres dejó bien claro quien estaba al mando. Contaba con 25 años de edad, y a partir de aquel día demostró quien era, empezó por restablecer la oficialidad de la iglesia Anglicana.
Collection of the Museum of Ventura County, Private Collection,
María Tudor
 Mujer autoritaria e incansable, se ocupaba personalmente  de todos los asuntos que concernían al reino. Además para desesperación de muchos se las arregló para permanecer ajena al matrimonio, pese a que tenía numerosos pretendientes por toda Europa que estaban muy interesados en unirse a Inglaterra. Por toda Europa se hablaba de la “Reina Virgen” de Inglaterra. Se barajaban todo tipo de rumores sobre ella, que tenía unas espantosas anormalidades físicas, unas inclinaciones sexuales no muy santas hacia sus damas de honor, otros decían que era tan promiscua que ningún esposo podría soportarlo. Pese a su apodo de "reina vírgen", hay que decir que no era la típica solterona, dedicaba horas a su arreglo personal, sus peinados eran complejos y cuidados, se adornaba con esplendorosas joyas, y cuando estaba de buen humor, hacía gala de una coquetería sugestiva y cautivadora. Es decir, que si estaba sola era por propia decisión. Los grandes cuellos de encaje en forma de abanico que cubrían los cuellos fueron impuestos según sus gustos, al igual que los trajes ricamente bordados, vamos que no le importaba gastar cuartos, su corte era itinerante, y se repartía entre sus tres palacios de Londres: Whitehall, Windsor y Hampton Court, además los alternaba con otras tres residencias que tenía en el interior de Inglaterra.


"The Old Palace of Whitehall by Hendrik Danckerts" by Hendrick Danckerts (fl. 1645–1679) - This file is lacking source information.Please edit this file's description and provide a source.. Licensed under Public Domain via Wikimedia Commons - http://commons.wikimedia.org/wiki/File:The_Old_Palace_of_Whitehall_by_Hendrik_Danckerts.jpg#/media/File:The_Old_Palace_of_Whitehall_by_Hendrik_Danckerts.jpg
La corte la seguía de un lado a otro, encabezada por el favorito de turno que siempre acompañaba a la reina (muchos ponen en duda la “virginidad” de la reina por ese motivo). La apodaban en su tiempo la “reina virgen”, pero más bien ahora sería la “reina soltera” o “la liberada” pues sus contemporáneos no dudaban sobre su apasionada y desinhibida relación amorosa con Rober Dudley, es decir que de virgen nada de nada. A la reina no le apetecía casarse, tal vez pensara que si lo hacía no tendría libertad suficiente para gobernar tal y como quería. El problema del posible celibato es que no habría posibilidad de dar un heredero a la corona. No se sabe las razones que tenía la reina para mantenerse en sus trece, sabiendo que su decisión pondría punto y final a la dinastía Tudor, y para más inri la eventual heredera sería su prima María Estuardo, que además de católica era escocesa. 

Así que ya tenemos a todas las coronas europeas preguntándose y haciéndose cábalas del porque de la decisión de la reina, porqué no quería unir su reino con alguno de los príncipes o reyes casaderos. Tal vez es que la pobre tenía fobia a los matrimonios, después de ver el resultado del de su padre Enrique VIII con tantas mujeres.
Isabel siendo adolescente tuvo amoríos con Thomas Seymour, un mozo hermoso y de buen ver, apuesto y tan hábil con las palabras como con la espada, la pega que tenía era su ambición desmedida y su carencia de escrúpulos. Thomas tenía la esperanza de casarse con Isabel, el problema es que su hermano era el regente del reino y no le permitió que desposara a la futura reina. Así que se decantó por Catalina Parr, la viuda de Enrique VIII, con la que al final se casó. El matrimonio no fue muy largo, así que cuando enviudó volvió al ataque con Isabel. A Isabel no le parecieron mal las atenciones que recibía, lo malo es que encabezó un complot para forzar el casamiento y así de paso acceder al trono. Fue descubierto y decapitado junto con sus cómplices. Después de esto, y a pesar de que el parlamento quería que una vez coronada se casase, ella se negó en redondo, arguyendo que estaba casada con su reino y que no le faltaban hijos, ya que consideraba a todos sus súbditos como tales. 

El no querer contraer matrimonio no significaba que dejase de coquetear con el lord Robert Dudley, al que conocía de cuando coincidieron como prisioneros en la Torre de Londres. Robert era apuesto, vestido a la última moda, que no dudaba en demostrar su bravura en duelo, amante del arte. Era el cortesano perfecto y la reina lo nombró caballerizo mayor del reino, le asignó unas habitaciones cercanas a las suyas, y a las que solía acudir a cuidarlo cuando enfermaba, lo colmaba de regalos y le montaba tremendas escenas de celos. Pero la cosa es que el tal Dudley estaba casado, y casualidades de la vida su esposa murió cayendo por las escaleras. El hombre pensaba que ahora si que podría casarse con la reina, lo que no tuvo claro es que la reina seguía en sus trece, de boda nada. Para quitárselo de encima pretendió casarlo con su prima María Estuardo, por aquel entonces reina de Escocia. Pero María también le dio calabazas, así que para consolarlo la reina lo hizo conde de Leicester.


Otro favorito de la reina fue Walter Raleigh, este no era ni conde, ni caballero. Sino un sanguinario pirata a quien la soberana ennobleció otorgándole el título de Sir. Este nuevo Sir la colmó de elogios a través de poesías amorosas, se los dedicaba bajo el apodo de Cintia. La reina estuvo unos cuantos años con él, hasta que llegó a la cuarentena. Entonces la reina se fijo en un veinteañero conde de Essex. Como podéis ver Isabel I fue una “cougar” tan de moda en nuestros tiempos. Sir Walter decidió por motu propio casarse con una amiga de la reina, pero la orgullosa soberana pillo un mosqueo monumental e hizo que el “rebelde” pasara la noche de bodas encerrado en la Torre de Londres. Más tarde fue desterrado de la corte, pero el pirata demostró su adhesión a Isabel fundando en tierras americanas la colonia de Virginia en honor de la reina.
El siguiente en pasar por la cama real fue Robert Devereux, el jovencito de 20 años por el que dejó al pirata. Robert era un jovenzuelo apuesto, bailarín elegante, apasionado cazador e hijastro del desaparecido Dudley. Las malas lenguas decían que “Milord de Essex no se marcha de casa de la reina antes de que los pájaros de la mañana hayan comenzado a cantar”. Pronto pasó a ser caballerizo mayor, y caballero de la Jarretera. Pero la reina no consiguió domesticarlo a su gusto, el joven era arrogante y orgulloso, y la violencia de su carácter hizo que dijera en público, eso sí cuando ya había perdido el favor de la reina: “Su Majestad es ahora una vieja cochambrosa y retorcida de espíritu como de cuerpo”.
Collection of the Museum of Ventura County, Private Collection,
Milord de Essex
No veas como le sentó esta puñalada trapera a Isabel, pero como Essex era sumamente popular, Isabel tuvo que esperar a vengarse. No hizo falta mucho porque él mismo metió la pata, encabezó un golpe de Estado para ponerse a la cabeza del Consejo Real, acabó denunciado y declarado traidor, el tribunal lo condenó a la pena establecida para tal caso: la horca, luego castrarlo, destriparlo y descuartizarlo. Por suerte la reina decidió que con cortarle la cabeza era suficiente, aún debería sentir algo por él, supongo.
A parte de sus relaciones amorosas, Isabel tenía un gran problema que se llamaba María Estuardo, la destronada reina de Escocia que se refugió en Inglaterra y que Isabel mandó encerrar en la Torre de Londres. Los católicos ingleses la consideraban la verdadera reina de Inglaterra, cuyo trono había sido usurpado por Isabel. La pobre María se pasó dieciocho años recluida en diversos castillos y prisiones. Un buen día se descubrió un complot para asesinar a Isabel y suplantarla por la prisionera. La reina Isabel no se lo tomó muy bien, e hizo como su padre, no dudó en mandarla decapitar en la Torre de Londres.

Bajo el reinado de Isabel, Londres continuó creciendo aún más rápidamente que en los años anteriores. Los nobles siguieron construyendo palacios en las cercanías para reemplazar sus tradicionales castillos feudales y situarse más cerca del poder real. Las corporaciones de artesanos y comerciantes ocuparon los antiguo templos y conventos católicos, reformándolos para uso civil. Se erigieron las primeras escuelas de pago, como las de Saint Paul y Tonbridge. La política de la reina se basó en unos principios conservadores, propiciar que en cada casa viviera sólo una familia, los bloques familiares donde se apiñaban las familias desaparecieron, se prohibían nuevas construcciones que estuvieran a menos de tres millas de las murallas. Se generalizó el uso de las camas con almohadas y sábanas en lugar de las antiguas literas cubiertas con paja. Una familia de clase media solía disponer de jarras de latón y tazas de loza, que se servía sobre manteles de lino. Los súbditos de la reina empezaron a vestir con mayor cuidado y a lavar las prendas y a si mismos con más ahínco. Se palpaba en Londres y en sus habitantes un aire de prosperidad y bienestar burgués dentro de las diferencias sociales propias de esa época.

La reina para hacer crecer aún más su imperio no dudó en proporcionar a la Royal Navy los suficientes barcos y armamentos capaces de superar a España en la ardua batalla por el control de los mares. Cómo no había conflicto bélico declarado entre las dos naciones, a la reina se le ocurrió la idea (digamos que poco ética y bastante delictiva) de armar verdaderas flotas de guerra privadas, cuyo fin era hostigar a las naves mercantes españolas que regresaban de América llenas de oro, plata y otras mercancías preciosas. Para ello la corona otorgaba a los capitanes la famosa patente de corso, es decir una autorización para el pillaje marítimo a cambio de un impuesto estatal. He aquí que muchos aristócrata y magnates navieros empezaron a formar sociedades para financiar las excursiones corsaria, apostando a mucho (si las flotas regresaban con el botín) o a nada (si acababan hundidas en el fondo del mar). Esta estrategia comercial se convirtió en un negocio fabuloso, en el que la reina decidió participar personalmente, a parte cobraba los impuestos que recibía por las patentes de corso. Al final los piratas de la reina se convirtieron en auténticos héroes nacionales como Henry Morgan, Francis Drake (que acabó siendo Sir).

Felipe II, rey de las Españas, estaba hasta las narices de que le hundieran sus barcos y que le robaran sus tesoros americanos, además de que saquearan sus enclaves coloniales, alla por las Antillas. Harto como estaba del tema envió la llamada “Armada Invencible” hacia Inglaterra, el despliegue era impresionante. Pero los barcos eran grandes y pesados que maniobraban con menos facilidad que la fragatas Isabel, que los cañoneaban por los flancos,  y los incendiaban sin miramientos. Al final la armada española no resultó ser tan invencible como creía el rey.

Mientras en el Canal de la Mancha, ingleses y españoles se daban de palos, en Londres había un renacimiento artístico y literario que dará que hablar durante los siglos siguientes.   

Como siempre si queréis saber más de Isabel I la reina Virgen, hay varias películas o series que nos explican su historia. Podéis elegir, con Cate Blanchett o Helen Mirren.
 


miércoles, 25 de marzo de 2015

“From the fury of the Northmen, Good Lord, deliver us!” Los vikingos visitan Britannia

Los romanos abandonaron Britania, y en Londres empezaron a recibir nuevas visitas, unas visitas que resultaron un poco peligrosas. Y las visitas se quedaron, en Londres, concretamente se establecieron los Sajones. A mediados del siglo V Londres ya no es una “civitas” romana, se encuentra dominada por los sajones. Se sabe que donde hoy se encuentra Wood Street y Aldermanbury había una catedral y un castillo junto al antiguo cuartel legionario. En el antiguo anfiteatro se levantaba una especie de foro, donde se reunían los jefes de los distintos clanes para debatir los asuntos de la ciudad. Es curioso que en ese mismo sitio, el Guildhall, cumpliera históricamente una función similar a la que ahora ocupa el Ayuntamiento. Pero hay que reconocer que buena parte de los londinenses y sus actividades se habían trasladado al otro lado de la muralla, allí se instaló un próspero mercado que era prácticamente una ciudad paralela y que durante un tiempo llegó a ser más importante que la misma capital. 
Los sajones la llamaron Lundewic, une la raíz del nombre de Londres con el vocablo sajón Wic, y que significa mercado. Y de nuevo una nueva coincidencia, pues este mercado se encontraba en el lugar donde más tarde se abriría el Covent Garden, que fue durante más de tres siglos la principal plaza de frutas y verduras de la ciudad.

La ciudad de Lundewic se extendía desde el Covent Garden hasta el Támesis, es este área había talleres, huertos, molinos, comercios, bodegas, almacenes y tenderetes. En Trafalgar Square se han encontrado restos de varias casas de granja, y en Exeter Street las ruinas de un matadero y una carnicería. En esta época de paz y tranquilidad la tribu de los anglos se unió a la de los sajones. Su primer rey fue Aello de Sussex, fueron pasando los años y los reyes anglo sajones uno detrás de otro, vivían en relativa paz y tranquilidad hasta que los vikingos decidieron acercarse peligrosamente a las costas británicas. Los londinenses consiguieron rechazarlos varias veces, hasta el año 842, el año de la “gran invasión” cuando consiguieron entrar en la ciudad e iniciar su saqueo, pero gracias a la unión y ayuda de tribus cercanas lograron repelerlos. 

Pero los vikingos (los llamaremos así, pero en realidad serían los Jutos, situados en la península Danesa actual) suelen ser perseverantes, y en el 851 volvieron más preparados, con una flota de 350 naves llenitas de vikingos con ganas de guerrear.  La marea alta los lleva Támesis arriba. Una enorme flota de barcos con altos y aterradores guerreros a los remo llegan a la orilla atacando como lobos hambrientos.La ciudad resistió heroicamente tras sus murallas, pero no les sirvió de nada. Los invasores entraron a sangre y fuego, y pasaron por la espada a todos aquellos que no pudieron huir por las puertas más alejadas del río. 
Los que lograron huir regresaron para reconstruir sus casas incendiadas, y a reinstalar sus talleres y comercios. Durante la década siguiente sufrían una invasión vikinga cada verano, esta situación era difícil de aguantar para los londinenses. Es por ello que la ciudad fue perdiendo habitantes, la gente se cansó de defenderse o de huir corriendo para volver después y tener que volver a empezar de nuevo.
Pero es en el año 871 cuando encaran la invasión en toda regla, con un poderoso ejército que arrasa hacia Londres. Cuando llegan a Londres la encuentran casi desierta, y consiguen un pequeño botín que los que han huido no se han podido llevar. Por primera vez en años, deciden  quedarse a pasar el invierno, se convertirán en ocupantes estables durante 14 años. Los vikingos llegaron a acuerdos con los vecinos de la ciudad, e incluso con algunos reyes y señores de los contornos, como Alfredo de Wessex.

"King Alfred (The Great)" by Founder of Oriel College, after a painting in the Bodleian Library (colour engraving) by English School (19th century) - bridgemanartondemand.com. Licensed under Public Domain via Wikimedia Commons - http://commons.wikimedia.org/wiki/File:King_Alfred_(The_Great).jpg#/media/File:King_Alfred_(The_Great).jpg
Alfredo de Wessex no estaba predestinado a ser rey, más que nada por que a pesar de ser hijo de rey, tenía a cuatro hermanos por delante que debían suceder a su padre. Al ser el quinto hijo, lo instruyeron en asuntos como el latín, la poesía, incluso se dedicó a viajar llegando hasta Roma.
En el 833 habiendo heredado el reino decidió recuperar Londres, tras largos y numerosos combates contra los "the dreaded Norsemen" es decir los terribles Vikingos, y lo consigue. Se preocupó personalmente de que la ciudad recuperara su vigor comercial. Se trazó su camino real o calle mayor entre Aldgate y Ludgate, se refuerzan las murallas, se construyen los nuevos muelles de Billingsgate y Queenshithe, al mismo tiempo que se levantaron varias iglesias fortificadas en piedra o adobe. Estas parroquias concentraban barrios de artesanos, sastres, comerciantes, herreros… El monarca tuvo buen cuidado de rehabilitar la ciudad dentro de la muralla, para así garantizar la seguridad de su gente y de su corte. La antigua Lundenwic, sin sus comercios y ferias, quedó prácticamente vacía y pasó a llamarse “ald wic” (antiguo mercado) o lo recuerda la calle Aldwych. Alfredo de Wessex fue un buen gobernante, propició el desarrollo de la cultura anglosajona, la educación de sus súbditos y elaboró una legislación amplia y precisa. Acabó siendo santificado por la iglesia y su pueblo lo conoce como Alfredo el Grande.

Parece ser que los vikingos se olvidaron de ellos pues encontraron cosas que hacer en Noruega. Pese al periodo de calma y florecimiento vuelven a sufrir otra catástrofe, en el 961 un funesto incendio arrasa media ciudad y destruye la primera catedral de Saint Paul. Como remate y aún cuando no se habían repuesto de ello, llega una epidemia de peste que se lleva por delante a gran parte de la población.
El siguiente incendio se desata en el 982, y también trae cola, en la figura de una inesperada invasión de una escuadra de daneses despistados. La ciudad resiste, pero los invasores están obsesionados con las montañas de plata acumulada en la Casa de la Moneda para acuñar el dinero de toda Inglaterra y parte del extranjero. En una primera incursión no consiguen nada, entonces se les unen los noruegos (ya se sabe si no puedes con tu enemigo únete a él) y deciden atacar Londres de nuevo. Por suerte Londres ya tenía un poderoso y eficiente ejército, y Sven y Olaf resultan vencidos. Pero los londinenses para no tener que repetir cada año lo mismo con los invasores deciden pactar con ellos, les ofrecen pagarles un “impuesto de protección” a cambio de que dejen en paz su Casa de la Moneda.
En la City, cerca del cerca del Puente de LondresEsta en la intersección de Monument Street y Fish Street Hill, justo a una sesentena de metros de donde se inició otro gran incendio, este en 1666. Con un monumento, bueno una columna dórica de piedra de Portland, a la que le colocaron en lo alto una urna dorada con forma de fuego recuerda a los dos incendios. Los 61 metros de altura simbolizan la distancia que hay del monumento a la panadería del Rey en Pudding Lane, Thomas Farynor, lugar donde empezó el incendio. Podéis subir hasta la cima del mismo a través de una escalera de caracol de 311 escalones, durante mucho tiempo los barrotes que protegen al visitante no estaban, los pusieron cuando la gente empezó en 1788 a suicidarse desde la misma.



Durante unos años conseguirán estar tranquilos, hasta que en una nueva invasión hace que el nuevo rey sea un extranjero, concretamente un danés de nombre Knud que se proclamará rey de Inglaterra en 1017.

No será hasta el año 1042 cuando un anglosajón ocupe de nuevo el reino de Inglaterra, se trata del príncipe Eduardo. Es un hombre de temperamento débil e indeciso, más inclinado a la devoción que a guerrear. Lleva a cabo una política de buena administración, impuestos razonables que se cobraban, y unas cortes de justicia equitativas en los conflictos laborales y familiares. Su profunda devoción religioso hizo que sus súbditos lo apoderasen Eduardo el Confesor. Durante su reinado Londres vive una época de prosperidad y crecimiento, su proyecto más importante es la rehabilitación y refundación de la Abadía de Westminster, que iniciada en 1050 será terminada y consagrada 15 años más tarde. 

El rey instala su corte en lo que ya por entonces se llamaba “la City”, centro del monopolio comercial y la ciudad más importante de Inglaterra, seguida por Worcester. Pese a ser la sede del reino, Londres mantiene su condición y privilegios de ciudad independiente, tiene sus propios órganos de gobierno y un ejército propio que más de una vez resolverá los problemas de sus soberanos. Al final de su reinado Eduardo decide trasladarse a Westminster, allí constituye un distrito autónomo que resultará ser más extenso que el propio Londres, al abarcar lo actuales barrios de Holborn, Bloomsbury, Covent Garden, el Soho, Saint James, Mayfair, Pimlico y Belgravia. Pero aunque Westminster adquirió una importancia política y eclesiástica notable, la City siguió siendo el centro del comercio y los negocios, casi como ocurre en la actualidad.

Eduardo el Confesor murió en 1066 sin cumplir su promesa de nombrar heredero a Guillermo de Normandía (un pariente por parte de madre que le había sacado de algún apuro bélico con anterioridad)sino que nombró heredero a Haroldo de Wessex.  Guillermo no está muy de acuerdo con la decisión e invade la isla, cuando consigue llegar a Londres después de ganar en la batalla de Hastings y se hace coronar solemnemente en la Abadía de Westminster. A este Guillermo se le conoce como Guillermo el Conquistador, y será el fundador de la dinastía de los reyes Normandos. Listo como un zorro procuró gobernar con el apoyo de los nobles anglosajones, pero como no se fiaba mucho de ello se rodeó de numerosos consejeros normandos. Durante su reinado rechazó invasiones de galeses y escoceses, y estableció un reinado basado en un rígido sistema feudal para consolidar el poder de la monarquía. 
Convirtió Londres en la capital de Inglaterra. Durante su reinado se construyó la Torre Blanca, la primera construcción de lo que luego sería la Torre de Londres. Londres está creciendo con nuevas calles y casas que ocupan los espacios abiertos. Ahora viven aquí nada más y nada menos que unas 15.000 personas. Guillermo también construirá el Palacio de Westminster allí donde habían vivido los anteriores reyes ingleses.

Guillermo el conquistador, murió en 1087, y su sucesor fue su hijo Guillermo II, el Rojo, el apodo le venía del color de su barba y su pelo, rojo como el fuego. A éste le siguió Enrique I, cuya sucesión desató una larga y controvertida guerra entre familiares que duró 20 años. Después de sufrir de nuevo un incendio en 1136, los londinenses no estaban por decidir quien querían que los gobernase, hasta que no tuvieron la ciudad de nuevo en pie y en funcionamiento, no escogieron como líder a Esteban de Blois, sobrino de Enrique I, aclamándolo como rey de Inglaterra. La que no está muy de acuerdo con la decisión es la viuda de Enrique I, y tía de Esteban, Matilde, que no dejaba de ser legalmente la sucesora de la dinastía normanda. El problema que tenía la pobre mujer para poder reinar era que se había casado en segundas nupcias con el poderoso conde de la Normandía francesa Godofredo de Anjou, al que llamaban Plantagenet. Y ya se sabe que ni a los normandos, ni a los anglosajones los franceses les caían muy bien. 

Empieza la guerra entre tía y sobrino, Matilde se alía con su hermano Roberto de Gloucester, que acabara prisionero de las tropas de Esteban. Pero el lío no acaba aquí, pues el mismo Esteban acabará siendo prisionero de su tía Matilde. Es decir que si querían resolver el problema y seguir guerreando intercambiaron prisioneros. Al final Esteban designa sucesor a Enrique Plantagenet, el hijo de Matilde. Con esta decisión, la dinastía normanda acabará su reinado.


Enrique Plantagenet es duque de Anjou, aún no reina, está a la espera de hacerlo. Y mientras espera, se le presenta la oportunidad de casarse con una gran mujer, recientemente divorciada del rey Luis VII. Cuando Luis Capeto era aún el Delfín de Francia se encaprichó de una princesa del reino del Midi Francés. Era una joven alta y espigada, muy hermosa, con un talante alegre y desenvuelto. Su nombre era Leonor de Aquitania. Estuvieron unos 15 años casados, hasta que estando en la corte de Raymond de Poitiers, en Antioquía, al rey le da un ataque de celos inmenso y decide acabar con su matrimonio.
Leonor no pierde el tiempo, y ese mismo año se casa con el conde de Anjou, el que poco después se convertirá en Enrique II de Inglaterra.
A Enrique no le parece mal la boda, se lleva a una mujer impresionante, a la que le acompaña una dote del mismo calibre: todas sus posesiones en Francia. Un buen pellizco que conllevará a su vez más de cuatro siglos de guerras entre Francia e Inglaterra. La nueva reina se lleva once años con su marido, y cuando éste se va de Cruzadas por el mundo está completamente muerta de celos, pero no por ello deja de gobernar el reino de su marido con mano firme. De esta unión nació un personaje que sería idealizado por todos, estamos hablando de Ricardo I, Corazón de León. Si muchos lo han idealizado a raíz de la fábula de Robin Hood, o Robin de los Bosques. Los ingleses lo veneran como un soberano ejemplar, honrado, valiente y generoso. No tienen en cuenta que se levantó contra su padre dos veces en su vida, una con apenas 16 años y la otra cuando ya contaba la treintena. Siempre amparado bajo las faldas de su madre, y aliándose con el rey francés Felipe Augusto. Al final sucedió a su padre por medio naturales, tras la muerte del mismo.

Hay que recordar que a Ricardo I, Corazón de León, empeñado en emprender la Tercera Cruzada junto a su gran amigo Felipe Augusto, no dudó en declarar: "no dudaría en vender Londres, si encontrara comprador" para así conseguir los fondos suficientes para poder irse de cruzadas. Por suerte no fue necesario la venta, reunió los fondos y se marcho a recuperar el Santo Sepulcro, una empresa que le llevará media vida. La otra mitad se la pasará en las posesiones que tenía en el sur de Francia. Y quién estaba entonces reinando en Inglaterra, si el rey titular se encontraba por ahí luchando, pues el Príncipe Juan, su hermano; eso sí en calidad de regente. El pobre Juan es el que aparece como villano en los relatos de Robin Hood, es el que conocemos como Juan "sin Tierra" y en su honor debemos decir que no fue un mal monarca respecto a Londres. Respetó escrupulosamente la autonomía de la ciudad, aunque en otros asuntos no fue tan afortunado. Cuando por fin Ricardo decide recoger sus bártulos y considera de que ya es tiempo de volver a sus reinos, y dedicarse a gobernar. Es hecho prisionero del emperador alemán Enrique VI, esta situación la aprovecha Juan para hacerse con el poder. Al final Ricardo consigue huir y llegar a Inglaterra, perdonando a su hermano Juan el asalto al poder. Aquí es posiblemente donde empieza su leyenda. Al final Juan sucederá a su hermano, tras la muerte de éste. Reinará durante 17 años, pero su peor error será enfrentarse a Felipe Augusto, se enzarzarán en un larga guerra que lo llevará a la derrota, perderá los pocos territorios que les quedaban en Francia, será excomulgado por el Papa, se le rebelarán los nobles ingleses que le exigirán la firma de la célebre carta Magna (que recortará los poderes del soberano ante la nobleza, está considerada como el germen histórico de la democracia británica). 
"King John". Licensed under Public Domain via Wikimedia Commons - http://commons.wikimedia.org/wiki/File:King_John.jpg#/media/File:King_John.jpg
El impopular rey Juan de Inglaterra, como también se le conoce está en guerra con sus poderosos barones, que hartos de su desastroso liderazgo, han invitado al rey de Francia, Luis VIII, a tomar el lugar de Juan como gobernante. El rey francés no lo duda y se planta en Londres, concretamente entrará a la ciudad a través del antiguo puente de piedra que será el antecesor del Puente de Londres. El primer alcalde de Londres, Henry Fitz-Ailwyn lo recibirá en una puerta de piedra en el extremo sur del puente (el la orilla de Southwark). El nuevo rey atravesará el puente con su séquito de caballeros franceses, en el puente, entre las casas y tiendas que se alzan a ambos lados del mismo, se apiña una ruidosa multitud que le da la bienvenida. La hermosa catedral de Londres, San Pablo, será la encargada de albergar la ceremonia de bienvenida al rey francés.

La dinastía Plantagenet y sus ramas de Lancaster y York reinaran durante doscientos años, marcando la última etapa de la Inglaterra Medieval, y dando abundante tema para que William Shakespeare se luciese en sus obras literarias.
De los once reyes que siguieron a Juan Sin Tierra, tal vez el primero de los Lancaster, Enrique III, fue el que más poder cedió a la nobleza. Su hijo y su nieto intentaron sin suerte anexionarse Escocia, al igual que Eduardo III. Éste quiso también la corona de Francia, con lo que desató la Guerra de los Cien Años. Durante este periodo la Peste Negra asoló el país, se redujo a la mitad la población de Londres, se cree que hubo por lo menos 50,000 víctimas y la ciudad permaneció casi vacía durante más de una década.
Los siguientes reyes fueron Enrique IV que destronó a su primo Ricardo II en el 1400, su hijo Enrique V también tuvo un reinado difícil y desgraciado, su sucesor Enrique VI acabó siendo proclamado rey de Francia gracias a la complicidad de los borgoñones, asunto que resolvió Juana de Arco colocando en el trono francés al delfín, y acabando así la guerra de los Cien Años.


   






viernes, 20 de marzo de 2015

Aix-en-Provence, la villa de las mil fuentes y del gran Paul Cezanne.


Por Florent Ruyssen (Trabajo propio) [CC BY-SA 3.0 (http://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0)], undefined

A unos 77 kilómetros de Arlés se encuentra Aix-en-Provence, fundada por los romanos, al igual que tantas otras de la región, en el 123 a.C. los romanos la bautizaron como Aquae Sextiae. Aquí se libró una batalla importante entre las tropas romanas de Cayo Mario contra los teutones que tenían en jaque a los romanos. Resumiendo diremos que a pesar de tener menos hombres para luchar, Cayo Mario consiguió derrotar a los germanos, gracias a una emboscada. De esta manera evitó que traspasaran los Alpes en dirección a la península Itálica. Es muy resumido, si queréis saber con más detalle lo que pasó os remito a la wikipedia.

Aix-en-Provence es una población mediterránea totalmente, a pesar de que se encuentra a unos 30 km del Mediterráneo, disfruta de 300 días de sol al año. Para no pasar demasiado calor durante estos trescientos días disponen de numerosas fuentes, dichas fuentes las encontramos por todas las plazas. Si además le añadimos al rumor de las aguas, que el frío Mistral que azota otras zonas de la Provenza por aquí ni se asoma, no es de extrañar que muchos franceses decidan retirarse en esta zona a disfrutar de su jubilación.
La antigua ciudad romana se encuentra en el barrio de Saint-Saveur, y va desde la Catedral hasta la Tour de l'Horloge (la torre del reloj), el actual ayuntamiento. Las calles colindantes conservan los nombres medievales, como la singular rue Esquicho-coudo. Si lo que queréis es ve los restos de las antiguas murallas tenéis que acercaros a la rue Gaston Saporta, en la parte alta de la calle.

Por Georges Seguin (Okki) (Trabajo propio) [GFDL (http://www.gnu.org/copyleft/fdl.html) undefined CC BY-SA 3.0 (http://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0)], undefinedLa Catedral de Saint-Saveur se construyó sobre el antiguo templo de Apolo, la construcción fue larga en el tiempo, empezaron en el siglo V y la acabaron en el XVII, es por tanto un batiburrillo de estilos. De estilo romano tenemos el Baptisterio y ocho columnas del siglo V o VI, en estilo románico está la nave lateral sur. Las piedras irregulares que se ven eran del antiguo foro romano. El resto del edificio es gótico, y de estilo barroco tenemos la nave lateral norte y más tarde la nave central que es del siglo XVII. Como curiosidad diremos que sólo posee una torre, al igual de la catedral de Strasburgo y la de Troyes, y todo porque no tuvieron suficiente dinero para poder hacer dos torres. Al lado de la catedral está el palacio arzobispal, que demuestra el poder de la iglesia. En el primer piso de este edificio del siglo XVII se encuentra el Museo de la Tapicería. Aquí se celebra desde 1948 el Festival d'Art Lyrique cada mes de julio. Frente a la catedral, en la Plaza de la Universidad, está la antigua facultad de derecho, actualmente alberga el Institut d'Etudes Politiques. 
La Chapelle des Oblats, se sitúa en el lugar donde en el siglo XVI había un pequeño jardín en el que había un gran pino. En torno a ese pino los hugonotes solían rezar. En 1562 durante las guerras de religión varios hugonotes fueron ahorcados desde ese mismo pino. Después se cortó y se construyó en es lugar un convento de Carmelitas.

"Aix-en-Provence Hotel de ville 2 20061227" by Georges Seguin (Okki) - Own work. Licensed under CC BY-SA 3.0 via Wikimedia Commons - http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Aix-en-Provence_Hotel_de_ville_2_20061227.jpg#/media/File:Aix-en-Provence_Hotel_de_ville_2_20061227.jpg
El símbolo de la ciudad y del poder, se alza, como no sobre cimientos romanos, se trata de la Tour de l'Horloge. Como no era suficientemente alta en 1510, decidieron ampliarla y colocar un reloj astronómico en 1661, decorado con cuatro figuras de madera que simbolizan las cuatro estaciones. En la plaza encontramos una fuente con una columna romana en su centro, la fuente fue esculpida por Chastel. Es el lugar de encuentro de los habitantes y turistas de la ciudad. Una vez dejamos atrás la Torre del Reloj, entraremos en la antigua ciudadela condal, que en la edad media se encontraba separada de la ciudadela episcopal mediante una muralla. Hoy ya no hay muralla, sólo calles comerciales que invitan al paseo, a las compras y a la diversión en sus bares y restaurantes. Tal vez la calle más animada sea la Rue Gaston Saporta, es semipeatonal, y en ella encontramos cuatro palacios del siglo XVII y XVIII, en el número 23 está el Hôtel Maynier d'Oppède, reconstruido en 1730, alberga el Institut d'Etudes Françaises. En el número 21 está el Hôtel Boyer de Fonscolombe, destaca su fachada de 1757. En el número 19 está el Hôtel de Châteaurenard, de 1650, es famoso porque en el se alojó Luís XIV en 1660, destaca su magnífica escalera interior. Y por último en el número 17 está el Hôtel d'Estienne de Saint Jean, es uno de los más bonitos, de finales del siglo XVII. Es la sede del Museo del Viejo Aix, muy interesante su visita si queremos saber el pasado de la ciudad. Antes de comenzar con la visita, podemos tomar fuerzas con el típico Pastis, en el Café des deux Garçons, el mismo lugar donde se reunían Paul Cezanne y Emile Zola.

La mejor manera de conocer la ciudad es siguiendo una de las cinco rutas posibles que la oficina de turismo pone a nuestra disposición y que nos llevaran por los distintos lugares en los que el pintor se inspiró para sus cuadros. Para ello hay que partir del centro de la ciudad y seguir el camino señalizado con una plaquita en la que hay grabada una C y que nos van marcando el recorrido, desde la casa donde nació, hasta la última dirección donde vivió el pintor, en la Rue Boulegon, nº 23. Estos cinco caminos nos llevan hacia el pueblo de Tholonet, Jas de Bouffan, la cantera de Bibémus, a las orillas del Arc, al puente de los Tres Saltos, al estudio de la colina de Lauves, o bien cerca del camino de La Marguerite, allí el pintor plasmó por última vez la montaña "Sainte-Victoire".

"Paul Cézanne 153" by Paul Cézanne - The Yorck Project: 10.000 Meisterwerke der Malerei. DVD-ROM, 2002. ISBN 3936122202. Distributed by DIRECTMEDIA Publishing GmbH.. Licensed under Public Domain via Wikimedia Commons - http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Paul_C%C3%A9zanne_153.jpg#/media/File:Paul_C%C3%A9zanne_153.jpg
Hablemos un poco del artista. Paul Cézanne se instaló en Aix-en-Provence a partir de la última década del siglo XIX. A partir de 1887, Cézanne alquilo una habitación en el Château Noir, situado en la Cour du Pistachier, allí deja el material y las obras que pinta en los alrededores de la propiedad. Está cerca de la Cantera de Bibémus, las fuentes principales para su inspiración don la Maison Marie, que se encuentra en el camino, la cisterna, el pozo, los pinos, las rocas y como no la montaña de Sainte-Victoire, que pintará desde la carretera de Tholonet. A esta carretera se la conoce como la Route Cézanne.
Después de haber vendido su propiedad del Jas de Bouffan, y reinvertir el dinero ganado en construir un estudio en la colina de Lauves, se dedica a la creación de sus obras maestras. Todos los días el pintor deja atrás su pequeño apartamento en la rue Boulegon para dirigirse a su luminoso estudio. Pero no sólo pintará en el estudio, también lo hará en la propiedad veraniega de la familia y que se encuentra a 2 km al suroeste de Aix, allí el artista pintará 36 óleos, 17 acuarelas y 17 dibujos que representan la casa, la granja, el paseo de los castaños, los bosques, el estanque. Esta casa y el parque fueron declarados Monumentos Históricos, pertenece al ayuntamiento y para visitarla hay que reservar. Como anécdota debéis saber que en el gran salón oval de la plata baja, Cézanne pintó en los muros doce grandes composiciones, que desgraciadamente fueron retiradas de allí.
"Émile Zola fotograferad av Félix Nadar" by Félix Nada. Uploaded by User Den fjättrade ankan on sv.wikipedia - Photograph by Félix Nadar.Originally from sv.wikipedia; description page is (was) here* 12 november 2003 kl. 12.57 [[:sv:User:Den fjättrade ankan|Den fjättrade ankan]] 397x640 (41 958 bytes). Licensed under Public Domain via Wikimedia Commons - http://commons.wikimedia.org/wiki/File:%C3%89mile_Zola_fotograferad_av_F%C3%A9lix_Nadar.jpg#/media/File:%C3%89mile_Zola_fotograferad_av_F%C3%A9lix_Nadar.jpg
Cuando Cézanne era aún un crío, uno de sus compañeros de escuela era Émile Zola. Zola había nacido en París, el 2 de abril de 1840. Sus padres se trasladaron a Aix cuando el niño tenía sólo tres año, y lo inscribieron en la escuela Bourbon, donde conoció a Cézanne. Los dos niños se convirtieron en amigos inseparables, leían poesía, recorrían los alrededores de Aix... En 1858, Zola volvió a París, y regresaba en vacaciones. La amistad no se perdió gracias a la correspondencia mutua. Cézanne se fue a París para entrar en la Escuela de Bellas Artes, pero no fue aceptado, así que regresó a Aix. Su padre estaba en contra de que fuese pintor, pero al final ante la insistencia de su hijo accedió dándole un subsidio para que pudiera pintar a tiempo completo. En octubre de 1906, mientras pintaba en la naturaleza, una tormenta le sorprendió. Acabó enfermando y una pulmonía acabó con él 8 días más tarde, tenia 67 años. La relación de los dos amigo acabó un buen día cuando a Zola se le ocurrió en 1886 escribir la novela L'Oeuvre. Inspirada en Cézanne, para ello creó el personaje de Claude Lantier, un artista fracasado. Cézanne se sintió molesto al creer que su amigo de la infancia lo creyera un fracasado, a partir de ese momento la relación se enfrió tanto que ya nunca se volvieron a ver.
Zola se comprometió con la política, y bastante, a raíz del "caso Dreyfus"; cuando escribió su famosa carta abierta "J'accuse" (yo acuso) en el periódico francés que conmocionó a los círculos políticos. Murió cuatro años más tarde, el 29 de septiembre de 1902, al asfixiarse en su apartamento parisino como resultado de que su chimenea estaba embozada.













domingo, 15 de marzo de 2015

Arlés, ciudad romana y ciudad de pintores Van Gogh, Gauguin, Picasso





La ciudad de Arlés se encuentra situada en el corredor que une y unía la península itálica e ibérica, su situación geográfica le dio gran importancia durante el Imperio Romano. Habitada por celtas y, probablemente con anterioridad por poblaciones prehistóricas, fue colonia griega antes de que César la convirtiese en ciudad romana. Pero serán los romanos quienes la engrandecerán y le otorgarán el prestigio del que aún hoy goza.

Viendo el potencial de la región, César en el 46 a.C. crea la colonia donde residirán parte de los veteranos de las legiones que habían luchado en las guerras galas y conquistaron Massilia, la actual  Marsella. Fue la primera edad de oro de esta “pequeña Roma en Galia” engrandecida por los monumentos en la época de Constantino.
Después, Arlés se convertirá en uno de los primeros grandes centros religiosos para el Cristianismo. Las invasiones y las pestes de la alta Edad Media harán que la ciudad se empobrezca y el éxodo rural típico de esta época hará que se apague temporalmente su esplendor.

"Arles". Licensed under CC BY 2.5 via Wikimedia Commons - http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Arles.jpg#/media/File:Arles.jpgMás tarde, para hacer frente a las invasiones sarracenas las murallas de la ciudad serán transformadas en fortaleza. Arlés renacerá en el siglo XII, dan testimonio de ello los monumentos medievales que hoy podemos visitar. En el XVII y XVIII numerosos palacios particulares dan muestra de la importancia creciente de la ciudad. Hoy la ciudad forma parte del patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.

Lo más visitado es El Anfiteatro, conocido como "Les Arenes", es junto con el de Nîmes el mejor conservado de Francia, actualmente se utiliza para celebrar espectáculos diversos, incluidas las corridas de toros. Construido en la ladera norte de la colina de la Hauture, hacia el año 90 a.C. 
Este anfiteatro acogía a unas 20.000 personas, está tallado en la roca, justo sobre la parte alta de la ciudad, aprovecharon el desnivel para su construcción. Apoyado sobre una gran plataforma de 136 metros de largo por unos 107 de ancho, está formado por dos hileras de arcadas superpuestas que llegan a alcanzar los 21 metros de alto. Es el anfiteatro número 20 en el ranking de anfiteatros romanos más grandes del mundo. Hasta finales del siglo V se vieron combates de gladiadores y fieras, durante la Edad Media, se utilizó como fortaleza y se aprovecho el interior para construir más de 200 casas y un par de capillas. No será hasta 1825 cuando recupera su aspecto original, gracias a Prosper Mérimée, un gran amante del pasado clásico que en su afán de catalogar los monumentos franceses lo consideró un monumento histórico en 1840.

"2255.Das römische Theater-zu Zeiten des röm.Kaisers Augustus errichtet.Montag 2.Juli 2007" by Steffen Heilfort - Own work. Licensed under CC BY-SA 3.0 via Wikimedia Commons - http://commons.wikimedia.org/wiki/File:2255.Das_r%C3%B6mische_Theater-zu_Zeiten_des_r%C3%B6m.Kaisers_Augustus_errichtet.Montag_2.Juli_2007.JPG#/media/File:2255.Das_r%C3%B6mische_Theater-zu_Zeiten_des_r%C3%B6m.Kaisers_Augustus_errichtet.Montag_2.Juli_2007.JPG
Siendo ciudad romana, a Arlés no le podía faltar su Teatro , que fue construido durante el gobierno de Augusto, a finales del siglo I a.C.  Como en todos los teatros en él se representaban las obras de los clásicos griegos, eso sí revisadas por los autores latinos. Con la decadencia del imperio empezaron a primar las obras satíricas o de risa fácil, que se mezclaban con la obscenidad y la escatología. La cavea tiene 33 filas de asientos, y acogía a unos 10.000 espectadores lo que nos muestra la importancia de la ciudad en sus buenos tiempos. El muro de la escena servía como propaganda, y estaba dominado por las estatuas del Emperador de turno. La pena es que sólo quedan dos columnas del mismo. La caída del Imperio hará que al recinto le ocurra como al anfiteatro, y sea usado para alojar casas. Si queréis visitar los dos monumentos, por 15 euros tenéis la tarjeta Pass Monument.

"Arles-PlaceDuForum". Licensed under Public Domain via Wikimedia Commons - http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Arles-PlaceDuForum.jpg#/media/File:Arles-PlaceDuForum.jpg
El foro era el centro económico, político, judicial, financiero y religioso de toda ciudad romana. Del de Arlés sólo nos quedan ciertos fragmentos en los sótanos de algunas casas del centro. En la fachada del palacete Nord-Pinus, situado en la Place du Forum, se puede observar parte de un frontón y dos columnas del siglo II d.C. Como curiosidad hablaremos de los "Criptopórticos", y se corresponden a la red de galerías que sostenían al antiguo Foro. Fueron construidas en el año 30 a.C. sobre una pendiente natural, para hacerlo primero tuvieron que nivelar el terreno y rellenarlo, un gigantesco trabajo, pues por los restos que se pueden ver constaba de tres galerías dobles de 3,90 metros de ancho, cubiertas por bóvedas de cañón. Las galerías de casi 90 metros, se comunican entre ellas por arcadas bajas sobre pilares. A finales del Imperio, se utilizaron para albergar comercios, después seguramente acabaron siendo almacenes. Durante muchos años estuvieron cerradas, actualmente se pueden visitar.

Entre el Foro y el Ródano estaba el corazón de la ciudad romana, las Termas de Constatino se construyeron a la ribera del río, en el siglo IV d.C. y estaba formada por varios edificios. Los restos que se pueden ver en la actualidad formaban parte de un vasto conjunto, aún se pueden observar las salas de agua caliente, las piscinas y el mecanismo de ventilación del aire caliente que circulaba entre los muros a través de conductos de ladrillos huecos. 

Y como no puede ser menos Arlés tiene también su necrópolis, conocida como Alyscamps. Fue una de las más famosas desde el Imperio Romano, hasta la Edad Media. Formaba parte de una de las etapas del Camino de Santiago, además aparece citada en el "Inferno" de Dante. Van Gogh inmortalizó esta gran avenida funeraria, y Gauguin pintó en algunos de sus cuadros los sarcófagos. Está situada justo encima de la Vía Aureliana. Durante el cristianismo aquí fue inhumado San Genest, uno de los primeros mártires. Al que siguieron los primeros obispos de la ciudad. En ella encontramos la Iglesia de San Honorato, el templo fue reconstruido en el siglo XII en estilo románico y lo corona una torre octogonal.

En está época de pleno apogeo económico gracias al Camino de Santiago el dinero fluye por la comarca. La vía Tolosana del camino de Santiago empieza en Arlés y llegará hasta Toulouse, para luego continuar hacia Jaca, se llama también Camino de Arlés o vía de Arlés. Es en este momento cuando la necrópolis de Alyscamps se convierte en uno de los cementerios cristianos más importantes de Occidente.
El paisaje urbano no sufrirá ya cambios hasta la Edad Moderna. A principios del siglo XVI, Arlés contaba con 10.000 habitantes, siendo la segunda ciudad del Condado de Provenza, tras Marsella.

"France Arles Place Republique" by Rolf Süssbrich - Own work. Licensed under CC BY 2.5 via Wikimedia Commons - http://commons.wikimedia.org/wiki/File:France_Arles_Place_Republique.JPG#/media/File:France_Arles_Place_Republique.JPG
Si lo que queremos ver es un ejemplo del románico y del gótico provenzal, debemos ir al corazón de la ciudad, en la plaza del ayuntamiento junto al obelisco, encontramos la Iglesia y el Claustro de Saint-Trophine. La iglesia y sus dependencias se construyeron en dos momentos, primero en el siglo XII, y después en el siglo XIV, es por esa distancia en el tiempo que agrupa los estilos románico y gótico.

Si lo que apetece es ver un poco de arte, debemos acudir al Priorato de los Caballeros de Malta que acoge el Museo de Bellas Artes "Musée Réattu". Cuenta con unos buenos fondos de pintores locales, como de internacionales. Su fundador, Jacques Réattu, compró el edifico tras la Revolución Francesa y decidió convertirlo en museo. Aquí podréis encontrar una cincuentena de dibujos de Picasso, pintados en 1970 y 1971. El Museo de Arlés y de la Provenza Antigua se encuentra sobre los restos del antiguo circo romano, junto al Ródano. Fue construido en 1995 y alberga colecciones que engloban toda la prehistoria de la región y el periodo romano hasta el comienzo de la Edad Media. Hay que destacar la colección de sarcófagos romanos, la más importante tras la del Museo Vaticano de Roma.

Pero a pesar del pasado romano que tiene la ciudad, a Arlés la conocemos gracias a los pintores impresionistas y vanguardistas de finales del siglo XIX y principios del XX que forman parte de la realidad de la ciudad. Van Gogh, Picasso....

"Gogh4" by Vincent van Gogh - Unknown. Licensed under Public Domain via Wikimedia Commons - http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Gogh4.jpg#/media/File:Gogh4.jpg
Nadie como Van Gogh supo pintar la luminosidad de estas tierras, la luz del Midi fue la que lo atrajo un día de 1888. Esa fecha es la que marcará el comienzo de una época frenética donde Van Gogh pintará más de 300 obras en tan sólo 15 meses, ese fue el periodo más productivo del pintor, la lástima es que ninguna de sus telas se encuentra en la ciudad.
Pero a pesar de no tener ninguna obra suya, la ciudad ha creado un circuito en honor al pintor. En él se pueden observar los lugares desde donde Van Gogh pintó sus cuadros, los mismos cuadros que en su día fueron despreciados y que en la actualidad valen millones. Hay 10 lugares señalizados, como la plaza del Forum (obra: "Le café le soir"); el puente de Trinquetaille; el muelle del Ródano ("Nuit étoilée"); la plaza Lamartine ("La maison jaune"), el pario del Espace Van-Gogh ("Le jardin de la maisón de santé"); y la carretera a lo largo del canal de Arlés a Bouc donde pintó "Las Lavanderas". También aparecen en sus cuadros la necrópolis de Alycamps y el anfiteatro. Los que sí aprovechan, y mucho la sombra de Van Gogh son los vendedores de souvenirs, los restaurantes y las tiendas...

Van Gogh a su vez invitó a Gauguin, que pintará "la Arlésienne en costume". Y también estará una temporadita en la ciudad. Picasso, amante de las corridas de toros acude regularmente a la ciudad y aprovechaba para alojarse en casa de sus amigos, apreciaba tanto la ciudad que en 1971 donó 57 dibujos.
En el antiguo hospital del siglo XVI se encuentra el Espacio Van Gogh, se ha convertido en el centro cultural dedicado al pintor holandés. Con dos pisos y un amplio patio porticado, el interior del edificio está ocupado por un jardín francés con parterres llenos de flores. Las galerías porticadas blanqueadas con cal, dan un mayor brillo y vitalidad al edificio, situado en una zona comercial llena de tiendas. Aquí fue donde trasladaron a Van Gogh cuando se cortó la oreja después de pelearse con Gauguin. Pero vayamos al quid de la cuestión, a instancias de Van Gogh, Paul Gauguin se instaló en octubre de 1888 en la "casa amarilla", la convivencia y la relación entre ambos fue haciéndose cada vez más difícil por el temperamento que tenían los dos. Un buen día en el transcurso de una discusión, Van Gogh llegó a atacar a Gauguin con una navaja de afeitar, arrepentido por su arrebato decidió cortarse su oreja izquierda para intentar expiar su culpa. Lo que no tenía en cuenta es que a Gauguin no le hizo ni pizca de gracia recibir como "regalo" la oreja de su antiguo amigo. Porque a partir de esa pelea, Gauguin puso tierra de por medio, no quería tener relación alguna con "un loco peligroso" según dijo. Tras la marcha del que consideraba su gran amigo, entró en un bucle de depresiones y melancolía que no hicieron más que agravar su situación, acabó ingresado en el hospital de Arlés primero, y luego de motu propio ingresó en el hospital psiquiátrico de Saint-Rémy. Pasado un año se marchó de la Provenza a visitar a su hermano, y a buscar inspiración en el norte de Francia. La encontró, y pintó muchas de sus obras, pero su estado de ánimo no mejoró mucho, acabó con su vida el 27 de julio de 1890, se descerrajó un disparo en el pecho, bajo el sol de los campos que había pintado; murió dos días más tarde sin llegar a cumplir los 37 años. Seis meses después, sumido en el dolor, su hermano le siguió hasta la tumba, están enterrados en el cementerio de Auvers.

"Cafe Terrace Arles". Licensed under Public Domain via Wikimedia Commons - http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Cafe_Terrace_Arles.jpg#/media/File:Cafe_Terrace_Arles.jpg
Orejas cortadas a parte, todo el mundo quiere visitar el Café Van Gogh, ahora lleva su nombre en honor al cliente más conocido, el café lo podemos ver plasmado en alguno de sus cuadros. 
Un buen día para visitar Arlés, es el sábado, cuando celebran el mercado semanal. No sólo es uno de los más bonitos, sino que también es uno de los más grandes y completos de toda la Provenza, se extiende a lo largo de dos kilómetros y en él encontraremos de todo, fruta, quesos, especies, flores, carne, pescado, miel, productos regionales, ropa, calzado....vamos, de todo como en botica! y
Y si encima vais durante la celebración del 17 al 23 de agosto podréis disfrutar del Festival Romano de Arelate, ¿no tenéis ganas de ir?.


Si lo que os apasiona es la naturaleza en estado puro no os podéis perder el parque natural de La Camargue, situado entre los dos brazos del río Ródano, justo en el delta. Tiene una extensión de 86300 hectáreas dividida en dunas, lagunas y las salinas, cuya sal es muy apreciada por los grandes gourmets. Declarado reserva natural hace ya 40 años, es un auténtico paraíso para los pájaros, tienen contabilizados más de trescientas especies. Sobre todo es un espacio protegido para los pájaros migratorios de Europa, como lo flamencos rosas, que son el símbolo de La Camargue. 
Por la zona encontramos la ciudad medieval fortificada de Aigues-Mortes, situada en medio de las albuferas. Llama sobre todo la atención su recinto fortificado, con sus diez puertas y seis torres, la que más destaca es la Torre Constance. De entre los monumentos a visitar tenemos la Iglesia de Notre Dame des Sablons, la Torre Carbonnière que está situada en plena albufera fuera del recinto amurallado y que protegía la ciudad de las invasiones. Otro lugar interesante para visitar sería las Salinas de Aigues-Mortes, y Saintes Maries de la Mer, situado a un kilómetro al este de la desembocadura del Petit Rhône. Muy célebre porque cada 25 de mayo se celebra una peregrinación del pueblo gitano en devoción a su patrona Santa Sarah.           




miércoles, 11 de marzo de 2015

¿Que tienen que ver Van Gogh, Nostradamus y Carolina de Mónaco?: Saint-Rémy, en la Provenza


Saint-Rémy es una villa del corazón de la Provenza, está situada al pie del macizo de les Alpilles. En una situación privilegiada para explorar los distintos pueblos y ciudades que hay a su alrededor. A tan sólo 27 km de Avignon, cercano está también Tarascón o bien en media hora podemos llegar a Orange, luego Carpentras y unos cuantos más que iremos desgranando en futuras entradas del blog.

Pero antes nos plantaremos en el año 1555, en Lyon, sale a la luz un libro que ya apunta maneras con el título: Las profecías del señor Michel Nostradamus. Una obra compuesta de 353 cuartetas, poemas de cuatro versos escritos enigmáticamente que pretendían anunciar los sucesos de un futuro próximo que sucederían en Francia y en toda Europa. El éxito fue tal que dio a su autor, un médico de la Provenza, y a algunos de sus pronósticos una fama a escala europea, podríamos decir que fue un bestseller. Y más a raíz de que en el año 1559 se produjera un acontecimiento trágico que Nostradamus ya "supuestamente" había pronosticado cuatro años antes: la muerte del rey Enrique II en el curso de un torneo. A partir de ese momento su fama fue creciendo, así como sus publicaciones de nuevas profecías, que iba ampliando cada vez con nuevas cuartetas, como si fueran fascículos de una enciclopedia. En la última edición ya habían 942 cuartetas agrupadas en 10 centurias (es por ello que a la obra también se la conoce como Centurias).

"Nostradamus1". Licensed under Public Domain via Wikimedia Commons - http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Nostradamus1.jpg#/media/File:Nostradamus1.jpg
Conozcamos un poco a este personaje que aterrorizó a los de su época con sus predicciones, y sigue haciéndolo cinco siglos después a otros tantos. Michel de Notredame nace en Saint-Rémy-de-Provence,  (si, si el lugar donde siglos más tarde la princesa Carolina de Mónaco se retiraría a vivir tras quedarse viuda, y donde Van Gogh se instaló un año para pintar más de un centenar de cuadros). Estamos en el año 1503, y Michel nace en el seno de una familia de comerciantes, con ascendencia judía que se reconvirtieron al cristianismo. El joven demuestra grandes aptitudes para las matemáticas y la astronomía. Se gradúa en la Universidad de Aviñón y en 1525 sigue sus estudios de medicina trasladándose a la Universidad de Montpellier. Una vez terminados los estudios ejerce como médico en Agen  en ésta ciudad luchará contra una epidemia de peste, poco después se trasladará a Marsella, y es en Salon-de-Provence donde se interesará por el ocultismo, es allí en el año 1550 donde publica su primer Almanaque con el nombre latinizado de Nostradamus. Cinco años más tarde triunfa con sus profecías, tal es su éxito que la Reina Catalina de Médicis lo llama a la corte, que en estos momentos está en el castillo de Blois, allí aprovecha para conversar con él y pedirle que le haga el horóscopo de uno de sus hijos, el futuro Enrique III, del que Nostradamus aseguró que llegaría a rey, para alegría de la soberana. , y años más tarde se convertirá en el médico de cabecera del Rey Carlos IX. Pero no todo es bonito en la vida de Nostradamus, su primera mujer y sus dos hijos mueren por la peste, a pesar de todos sus esfuerzos par salvarlos. Es perseguido por la inquisición y encarcelado por publicar almanaques sin el permiso del obispado, recorre media Francia y Europa para tratar la peste, y al mismo tiempo intentar pararla, para ello manda quemar los cadáveres, y todas sus ropas, exterminar a la ratas portadoras de la epidemia, utilizar mascarillas de cuero al tratar con enfermos, utilizaba ungüentos creados por él para tratar la enfermedad, la epidemia remitió. Es curioso que en su época fuera más conocido por su faceta de médico y posteriormente por sus profecías, y que en la actualidad sólo pensemos que era un "iluminado" que escribía cosas inteligibles para muchos al que acudimos para saber que nos va a deparar el futuro, o bien para comprobar que él ya lo había predicho... es una pena que no tengamos en cuenta su faceta como médico que logró salvar a muchos...

El siglo XVI fue una época en la que ocurrió de todo, crisis, tensiones, guerras, carestías, epidemias varias, revueltas.... la gente se pasaba la vida acongojada por lo que podía devenir, angustiados por el mañana, si a ésta sensación general le añadimos que hay un personaje que empieza a profetizar de todo lo que vendrá, como por ejemplo para el año 1558, en el que detallaba la visión de la "resplandeciente y eterna espada de Dios" que golpearía por la peste y el hambre, por mutaciones de reinos y guerras...en los albores de 1558, una epidemia proveniente de África sería tan "horrible y lamentable", que la mayor parte del mundo acabaría por menguar. A eso le añadía "un movimiento casi perpetuo que traería terremotos, enfermedades, mares teñidos de sangre, muerte, ruina, tierra seca, ventiscas, actos crueles, rupturas de lealtades, discordias y para acabar venenos mortíferos".
Ah!, no nos olvidemos de que también predijo que se produciría una rebelión popular contra una reina, no dijo cual, pero el avisó. Es normal que la gente tuviera miedo y se lo tomaran en serio, y más cuando hay algunas centurias que parece que dan de lleno en el clavo (eso sí, lo sabemos una vez los hechos han ocurrido, no antes de que ocurran) como sería el caso del asesinato de Enrique IV de Francia, en el que escribió "cinco décadas y siete no frenarán la carrera/ del gran león céltico, cuando un joven león/ con su leona, recurriendo a la Osa,/ furtivo, de su rival cortará el huso".  Los hechos fueron los siguientes, tenemos a Enrique IV que regresa de su visita al ministro de finanzas Maurice de Sully, va en su carroza por las calles de París concretamente por la Rue la Ferronière, una calle muy estrecha por la que apenas pasa la carroza, es entonces cuando un hombre se abalanza sobre el rey y le clava un puñal, el rey muere al momento. En las semanas anteriores al magnicidio circulaba por París una cuarteta falsamente atribuida a Nostradamus y a la que nadie hizo demasiado caso, después del atentado en cambio algunos la interpretaron como una profecía.

La verdad es que no sabes que creer de todo esto, la primera frase se correspondería con la edad (57 años) con la que Enrique IV murió (es la más fácil de descubrir, con las otras ya me pierdo) pero hay que tener en cuenta que el asesinato del monarca se podía dar en cualquier momento de su vida, pues llevaba ya más de 20 atentados contra su vida tal y como nos explican en este link. Otra profecía más o menos acertada fue la coronación de Napoleón Bonaparte "un emperador nacerá cerca de Italia (Córcega)/que será vendido muy caro al imperio (el estado francés verá peligrar sus finanzas por las guerras)./Dirán con cuantas gentes se alía/ que les parecerá menos príncipe que carnicero (lo de carnicero es por la cantidad de muertos que llevará a sus espaldas)". Pero otra vez en este caso dos años después de que sucedan los hechos un médico de Montpellier publicará un opúsculo con un título elocuente: "Napoleón I, emperador de los franceses, predicho por Nostradamus".
El mejor lugar para establecer el campamento base, para posteriormente visitar la provincia, es sin duda alguna Saint-Rémy. Aquí saben vivir bien, con sus pastelerías, sus tiendas de ultramarinos, sus queserías y sus enotecas son un paraíso para cualquier "Bon Vivant" que se precie.
Que queréis un helado de rosas, o mejor de lavanda, o violetas tal vez! pues directos a la heladería un Éte à Saint-Rémy. También hacen crêpes y galettes, así que si no os gusta el helado no tenéis excusa para no ir. A los que les guste el vino, pueden sentarse en la terraza del "bar au vin" 21 Chai d'Oeuvre, y acompañarlo de algún entrante típico de la tierra, para maridar.


En Saint-Rémy hay restaurantes de todo tipo y para todos los bolsillos. Pero si lo que queréis es alimentar el alma, en lugar de la panza, podéis acudir a los dos museos de la ciudad: el Museo Etnográfico de los Alpilles y el Estrine. Y el curioso Museo des Arômes, que hace homenaje a la ciencia del perfume. Si no tenéis suficiente con estos dos museos, en un paseo de 20 minutos podéis llegar hasta Glanum, y allí visitar los restos romanos, con un arco de triunfo impresionante (no es pequeñito, así que ir bien calzados y con ganas de descubrir cosas, no tiene nada que envidiar a otros yacimientos romanos que hay por Europa). O bien visitar el Hospital de Saint-Paul, donde estuvo Van Gogh durante su cura de reposo, allí se ve la habitación con rejas en la que dormía, con vistas a los olivos y a los campos de lavanda. Incluso se puede hacer el recorrido que nos señala los puntos clave en los que pintó algunos de sus cuadros más famosos.

            
Como siempre si queréis más información en este enlace o la página oficial de turismo. En cuanto a libros recomendados tendríamos todos los de Peter Mayle que nos hablan de La Provenza...
No podíamos olvidarnos del cine, con "Un buen año" con Russell Crowe como protagonista, o "Un verano en la Provenza".
 

Cuando nos cansemos de la buena vida en Saint-Rémy, podemos hacer una excursión hacia les Baux-en-Provence, está a tan sólo 20 minutos en coche por la D5 o la D27, es una ciudad medieval situada en lo alto de las colinas de les Alpilles. Situado en el triángulo que forman Aviñón, Aix-en-Provence y Marsella, les Alpilles es un lugar idílico con pueblecitos provenzales y una naturaleza impresionante. Les Baux está situado en un entorno abrupto, y para llegar a él tenemos que subir una corta carretera, rodeada de pinos y rocas calcáreas. De estas rocas se extraía la piedra hasta el siglo pasado, incluso aquí fue donde se descubrió la Bauxita, el geólogo P. Berthier fue su descubridor en 1821 y el que le asignó el nombre que lleva en honor del lugar Les Baux.

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La fortaleza medieval que podemos visitar fue desmantelada en el siglo XVII por Luís XIII. Aún quedan numerosos monumentos de este tiempo, como el castillo ducal, las murallas y las torres defensivas. De entre los edificios más importantes que podemos ver está el Palacio de la Tour de Brau, del siglo XV, se encuentra a la entrada de la ciudadela; la Capilla de Saint-Blaise, un bello ejemplo del románico provenzal; la Chapelle Castrale, está considerada la iglesia principal de la ciudad, y como no las poderosas Torres del Homenaje, la Torre Sarrasine le viene el nombre de los numeroso ataques sarracenos que sufrió, y la Torre Paravelle que domina el castillo por un lado y por el otro el valle, todas las torres formaban parte de la defensa de la muralla.

Como ciudadela medieval que es, otro de sus posibles atractivos es la colección de armas medievales que se usaban para sitiar los sitios. Como la enorme catapulta, la podemos ver en uso durante el espectáculo diario que se hace. Dicha catapulta o "trebuchet" tal y como se la conoce en francés, tiene 16 metros de alto y pesa 7 toneladas, se necesitaban 60 hombres para ponerla en marcha. Alcanzaba los doscientos metros, lanzando bolas de piedra cuyo peso iba de 50 a 100 kilos, hay otras más pequeñas también expuestas, así como un ariete protegido por tablas de madera. Atención para ver el espectáculo hay que pagar una entrada. Si por el contrario no queréis hacerlo, es recomendable la visita exterior de los edificios históricos, así como pasearse por las numerosas tiendas de artesanía local.
También hay un espectáculo un duelo medieval, los pases suelen ser a las 12, las 14:30 y las 16:30. Es un espectáculo histórico y a su vez humorístico que nos hará descubrir el manejo de las armas y las técnicas de lucha medievales.
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El aparcamiento es bastante complicado sobre todo los fines de semana de verano, es mejor ir entre semana si es posible. Se puede llegar hasta dentro de la ciudadela en coche, hay un parking, previo pago de 5 euros podremos dejar el coche. También lo podemos dejarlo junto a la carretera de acceso, habrá que andar un poco, e incluso en ocasiones ya está toda llena. En la oficina de turismo nos ofrecen una audio guía que nos cuenta la historia de la ciudad, de los monumentos y de las casas. Ojo con la compra de la artesanía, si sale muy barata seguro que viene más allá de los mares, ya me entendéis.
Para los que quieran entrar al Château des Baux de Provence, que sepan que la entrada cuesta entre 7,5 euros y 9, depende de la temporada en que se vaya. Hay billetes combinados que te permiten visitar también Les Arenes de Nîmes y el Teatro Romano de Orange, la validez es una semana, así que vale la pena aprovecharlo. Los billetes combinados cuestan entre 12 y 19 euros para el circuito completo en temporada baja, y 16 y 20 en temporada alta. Atención: las entradas se pueden comprar por Internet a través de la FNAC. Como anécdota deciros que la última familia que habitó en el castillo y que aún conservan el título de Marqueses des Baux, es la familia Grimaldi.

Para los que no queráis pagar por la audio guía hay una app para descargar totalmente gratis a través de IOS o Android, ya no tenéis excusa para no visitarlo!